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Caso perro ahorcado: “No debían matarlo así”
En el Pisulí, norte de Quito, hay gente indignada y se pide justicia por el can. Un especialista dice que puede haber rasgos psicópatas en quienes lo ahorcaron
“Justicia para Martín”, es el clamor que se mira en redes sociales luego de que la violenta muerte de este perrito se difundiera. El can, de apenas dos años, fue ahorcado por dos tipos en Pisulí, barrio al norte de Quito, luego de que mordiera la oreja a un chancho.
La gente que vive en los alrededores de donde ocurrió el hecho, filmado por un morador, está indignada. “A mí no me parece justo. No debían matarlo de esa manera”, opinó una residente consultada por este medio que fue al sitio.
La joven se enteró de la muerte por el video que circuló y se entristeció mucho. Y quien todavía habla de la mascota es su pequeño dueño.
“Él pregunta: ‘¿dónde está ‘Maní’ (Martín)’”, contó Evelyn Torres, madre del niño que perdió trágicamente a su compañerito.
Un trastorno
EXTRA intentó conversar con uno de los parientes de la dueña del chancho, quien reside en el barrio La Paz de Pisulí, pero el individuo insultó al equipo que se acercó para consultarle. “Ya pues, ahí lo mataron”, dijo, señalando la calle de tierra en la que se dio fin al perro.
Según los hechos, luego de morder al cerdo, la propietaria le habría dado con un tubo en la cabeza. El argumento que recibió Torres fue que para que no sufriera, decidieron rematar a la mascota de su hijo.
Sin embargo, esto sí tiene un tinte enfermizo, según Fernando Tinajero, psicólogo forense, quien analizó este caso. “Si bien no es una actitud criminal, al hecho se lo debe catalogar como algo violento y de agresividad”.
Psicólogo forense
Para el experto, es preciso saber si quienes lo cometieron tienen rasgos psicópatas y se requiere una evaluación urgente. “Hay que conocer incluso hasta el nivel de educación de quienes cometieron la muerte. Lamentablemente estamos dentro de una ‘cultura’ de violencia, en donde el más bravo consigue lo que quiere”.
En cuanto al niño, Tinajero explicó que, por la edad que tiene el infante, sí puede haber secuelas en su comportamiento. “Esta pérdida evidentemente le generará tristeza e ira. Con el tiempo, puede incluso afectar su confianza en las personas”, finalizó el especialista.
Un caso resuelto tras un año
El hombre que atropelló a un perro fue sancionado y tiene que cumplir con 50 horas de trabajo comunitario. El perro, conocido como Cibu, murió hace poco menos de un mes, pero fue arrollado hace un año.
En mayo de 2022, el animal quedó malherido y como secuelas físicas en su columna. En esa parte del cuerpo se le formaron dos hernias que, con el tiempo, le causaron la muerte.