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Judicial
Caso Harrison Salcedo: crimen organizado estaría involucrado
Según expertos, Los Choneros están debajo de una agrupación mayor. El asesinato del abogado y el amotinamiento en la ‘Peni’ tendrían relación
“La muerte del abogado Harrison Salcedo Mena es un evidente caso de sicariato. Hubo una orden de eliminarlo, sin importar cómo y dónde. Fue un mensaje a García. Y lo cumplieron”, sostiene Nelson Yépez Suárez, investigador y experto en seguridad.
Él no es el único que piensa de esa forma, pues el decano de la facultad de Seguridad y Defensa del Instituto de Altos Estudios Nacionales (IAEN), Daniel Pontón, tiene un análisis similar y añade que “tal vez se determinó (de parte de los autores intelectuales) que este señor estaba generando mucho ruido y había que sacarlo de la palestra”.
Harrison Salcedo era abogado de Los Choneros y no tenía reparos en hacerlo conocer: lo publicitaba a través de videos que subía en su cuenta de la red social TikTok (@hulkmena), en la que además ostentaba armas, dinero y ciertos lujos que se daba.
El jurista fue asesinado cerca de las 09:00 del pasado miércoles, en el norte de Quito, horas antes de que se enfrentaran delincuentes de los pabellones 8 y 9 del Centro de Privación de Libertad 1 de Guayaquil, conocido popularmente como la ‘Peni’.
Para Yépez y Pontón, estos hechos tendrían relación. Ambos aseguran no creer en las coincidencias.
“Es posible que ellos (los internos) ya conozcan quién dio la orden para que asesinen al abogado y obviamente toda acción genera una reacción”, afirma Yépez.
Pontón argumenta que “el tema carcelario estaría directamente involucrado con este tema, pero las autoridades obviamente manejan esta información con cautela. Yo lo veo como analista y creo que hay una situación más compleja que la violencia carcelaria”.
¿Quién ordenó el crimen?
“Él (Harrison Salcedo) no se muere porque un solo sujeto lo decide un día, no se muere porque este señor no le cumplió a una persona... Una muerte de este calibre, del abogado de Los Choneros, que algo debe haber sabido, que algún rol cumplía, proviene de la anuencia de una serie de actores, criminales y no criminales. En la mafia es así”, asevera Pontón.
Además, detalla que en Ecuador hay una nueva agrupación “más poderosa que está manejando los trapos sucios de la criminalidad política. El clan de Los Choneros es solo el brazo operativo de una organización mucho más compleja, que maneja varias carteras de negocios relacionados con la corrupción y el narcotráfico”.
Pontón aclara que no se trata de un cártel del narcotráfico, sino de algo mayor, porque abarca más áreas. “Un cártel de drogas se dedica a eso, a lo suyo, pero el crimen organizado tiene una cartera diversificada de delitos. Estas organizaciones tienen la capacidad de infiltrarse en esferas políticas, judiciales, entre otras”.
El especialista menciona que, aunque existan grupos extranjeros operando en Ecuador, no cree que alguno de estos haya participado en el asesinato del abogado. “Creo que es más algo interno, mafia interna”, estima.
Y agrega que en nuestro país existe una “gobernanza informal”, en la que un grupo paralelo a los poderes del Estado toma decisiones de todo lo relacionado a la “criminalidad política”.
“No sabemos si (Salcedo) de pronto era socio de esta organización, pero sí podemos decir que la manera de actuar que tenía (la exposición en redes sociales) pone nerviosa a esta gente”, enfatiza Pontón.
Yépez añade que estas bandas del crimen organizado “operan en Ecuador bajo diferentes formas” y que posiblemente estén vinculadas a cárteles mexicanos. Por eso, manifiesta que “la Policía y el Estado deben contrarrestar lo que está creciendo y se está viniendo en el Ecuador”.
Tres balas comprometieron sus órganos
Criminalística ya tiene avanzada la información sobre los restos balísticos que quedaron en la escena del crimen del abogado Harrison Salcedo.
Según las primeras pericias, el jurista recibió 13 disparos en su cuerpo. Tres de estos habrían traspasado su brazo izquierdo y comprometido órganos vitales.
Además, según un oficial de la unidad, al contabilizar los agujeros de entrada y de salida determinaron que tres proyectiles se quedaron dentro del tórax.
Al preguntarle sobre qué tipo de armamento usaron los asesinos, el agente señaló que todavía están investigando este hecho. Lo que sí conocen es que el arma que habrían utilizado era automática. “Hay dos opciones: puede ser una nueve milímetros con una alimentadora automática o una subametralladora”.
También indicaron que por la forma en la que le dispararon, los tiradores eran profesionales. “Se aseguraron de liquidarlo”.
La mañana de ayer, sus restos fueron velados en el camposanto de Monteolivo. Familiares llegaban de a poco a la sala 7, en la cual había un televisor que proyectaba fotografías y videos del jurista en vida.
Hubo resguardo a la familia y en ocasiones el guardia de seguridad del lugar les solicitaba a los visitantes la cédula de identidad. Hoy se celebrará una misa virtual en su memoria.