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Caso Subteniente Aidita Ati: así despiden a la oficial del Ejército que habría sido asesinada
Los restos de la subteniente de las Fuerzas Armadas fueron velados en el barrio donde creció, en el sur de Quito. Familiares y amigos piden justicia
Familiares, amigos, vecinos y compañeros de promoción de la subteniente de las Fuerzas Armadas, Aidita Ati, velaron sus restos en una casa barrial cerca de su domicilio ubicado en el sector de Santo Thomás, en el sur de la capital.
La oficial, de 25 años, y quien pertenecía al Comando de Apoyo Logístico 19, fue hallada sin vida en su dormitorio, la mañana del sábado 29 de junio, en la Brigada de Selva Napo, en la provincia de Orellana.
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Las autoridades detuvieron a 18 militares por el presunto delito de femicidio; sin embargo, cuatro oficiales fueron procesados bajo esta figura legal. La Fiscalía informó que la Jueza especializada en Violencia Contra la Mujer dictó medidas alternativas a la prisión preventiva para los sospechosos por su presunta participación.
Esto causó indignación en los allegados de la subteniente quienes, mientras estaban en el velorio pedían que se haga justicia en el caso.
¿Qué piden los familiares de la subteniente?
El padre de Aidita reclamó que nunca le avisaron a tiempo sobre el trágico hecho. Según él, la muerte de su hija habría sido a las 06:40 del sábado pasado y le informaron tres horas después. Además, indicó que nunca le llamaron para que estuviera presente durante las diligencias forenses.
El progenitor señaló que el comandante de la Brigada Napo le comentó, en primera instancia, que su hija había muerto luego de que la dejaran dormida en el dormitorio tras una fiesta que se realizó en el cuartel y la cual no estaba autorizada.
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Luego, el médico forense le había indicado que su hija tenía señales de violencia en su cuerpo y que presuntamente fue violada. “Pido que se esclarezca el hecho y responsabilizo al comandante de la brigada si a los implicados no les responsabilizan por la muerte de mi hija”.
Militares y allegados de la víctima cargaron su féretro y recorrieron por las calles en donde creció la oficial, a quien la recuerdan como una gran deportista y buen estudiante. Durante la caminata los acompañó la banda de paz del ejército ecuatoriano.
Además, decenas de personas gritaban al unísono: "¡Justicia por Pamela!", refiriéndose al segundo nombre de Aidita. Muchos llevaban globos blancos y otros cargaban carteles en los que tenían mensajes de protesta.
El entierro se realiza en el cementerio de Santa Rosa con una misa en la que asisten sólo personas cercanas a la familia.
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