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Los caseritos

Galo trata de vender lo más pronto posible sus productos, pues el clima de la Costa le juega en contra.Romina Almeida / EXTRA

Guayaquil: Galo Morán no solo vende cangrejos, también defiende a sus compañeros

Labora en el Mercado Minorista de Mariscos. Lo llaman Abogado porque intercede por sus ‘colegas’. Su labia y su humor son un imán para los clientes 

“En el mar la vida es más sabrosa”, dice la letra de la canción de la orquesta cubana la Sonora Matancera. Pero junto al estero Salado, en el Mercado Minorista de Mariscos abogado Jaime Nebot situado a la bajada del puente Portete, el suroeste de Guayaquil, también lo es.

Parcería y bromas son parte de la jornada de trabajo del vendedor de cangrejos Galo Morán Barzola, dauleño de 68 años. Más de cuatro décadas se ha dedicado a comercializar este ‘fruto del mar’.

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En la plaza marisquera le han puesto su chapa, Abogado, y no precisamente porque vaya a los juzgados y se sepa de memoria los articulados de los códigos, sino porque es el primero en salir a defender a sus compañeros cuando tienen algún problema en su lugar de ‘camello’.

Asimismo, los clientes lo llaman Colorado y es que dice que está ‘power’ y ‘pintero’ gracias a su buena alimentación, basada en su producto estrella.

La sazón a la hora de vender hace que varias personas detengan su marcha y le ‘pongan el ojo’ a sus cangrejos.Romina Almeida / EXTRA

Su forma de atraer al cliente es muy particular, lo hace desde el humor y la gracia: “Venga y llévese sus cangrejos pata gorda, alimentados con puro maíz”, exclama. Las risas no faltan, pero este ‘marquetero’ criollo logra su objetivo, que el comprador ‘le pare bola’.

El hombre cuenta que, para cerciorarse de que los cangrejos que ofrece están vivos, las personas les tocan los ojitos y ante esa situación les dice: “A ellos tiene que llamarlos por su nombre, este es Armando, este es Juan, el otro es Pepe”, así los inventa y ‘rompe el hielo’.

También se carcajea al dar “tres meses de garantía por la compra”. Y les lanza el reto a los posibles consumidores: “Si usted encuentra un cangrejo muerto en el atado se lleva gratis ese mismo atado”. Por su labia, algunos opinan que parece político, pero Galo es de los que cumple, por eso sus clientes regresan y tiene algunos que le compran hace años.

  • SU HONESTIDAD SALE A FLOTE

Otra de sus estrategias a la hora de vender es su honestidad. Revela que una vez una persona fue hasta su puesto, el número 12. Se llevó su atadito, pero se le quedó su teléfono.

“Era uno de alta gama. Su dueño apareció a las dos horas, le devolví el celular y él ya estaba sacando un billete de $ 20. Le dije cómo me va a pagar si esa es mi garantía para que regrese a comprarme en otra oportunidad”.

Varios de sus cangrejos son empleados en diversas recetas.Archivo / EXTRA
  • LO SUYO ES LA VENTA

Sostiene que intentó coger cangrejos, pero no es su fuerte, pero inició en el negocio gracias a la pareja de una prima. “Yo tenía un motor y él me dijo que se lo alquile, pero terminamos en el ‘dando y dando’. Se lo prestaba y él me enseñaba a hacer los atados y a vender. Solo una vez fui con él en su lancha, a la Isla Puná, y no cogí ni uno”, concluye el comerciante, quien de jueves a domingo se sumerge en el ‘camello’ y ‘pesca’ alegrías y clientes nuevos.   

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