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Las carreras clandestinas se pactan entre automotores que tienen las mismas característicasRENÉ FRAGA

Carreras clandestinas en Quito: Los 'patabrava' de la avenida De los Granados

EXTRA le cuenta cómo se llevan a cabo los 'piques', al puro estilo de la película Rápidos y Furiosos.

El motor se enciende. Ruge a cada pisada del acelerador. El carro blanco, con más de 100 caballos de fuerza, arranca. Llega cerca de los 103 kilómetros por hora en seis segundos y no es la Fórmula Uno. Es un tramo de la avenida De los Granados, norte de Quito, donde se han hecho, por cerca de 15 años, las carreras clandestinas de automóviles.

EXTRA estuvo una noche con las personas que disfrutan del mundo de la velocidad como en las películas Rápidos y Furiosos.

La cita para hacer ‘piques’ era a las 21:00, pero han pasado 30 minutos y la gente no ha llegado todavía. Entretanto, aquel auto rasante blanco, marca Honda Civic, se detiene. Lo maneja Leonardo Armas, un apasionado en la modificación de vehículos.

Hay pilotos profesionales que llevan sus carros para probarlos.RENé FRAGA

Este conductor, junto a otros panas, se reúnen en esa avenida, esperando al resto de ‘furiosos’. “Los encuentros se los pacta a través de redes sociales”, afirma ‘Leo’, quien ha ganado no solo en estas carreras, sino también en eventos automovilísticos legales.

Sin embargo, el que realmente es un Toretto (personaje de Vin Diesel en la franquicia), dice, es su ñaño Joffre, de 24 años, quien lo ha superado en triunfos en estos ‘duelos’ vehiculares. Este chico tenía 14 cuando cada fin de semana compraba revistas especializadas de vehículos. “A esa edad tenía conocimientos básicos de manejo”.

Afirma que Leo le enseñó los trucos del automovilismo. Ya a los 16 años vinieron las primeras carreras clandestinas, en la avenida Los Shyris, también en el norte capitalino. “Sentí miedo y mucha adrenalina mientras estaba detrás del volante de un Nissan Sentra”.

En esa ocasión, su contrincante era un amigo que manejaba un Corsa. Ambos encendieron sus autos, arrancaron, pero Joffre perdió. No importaba porque la experiencia vendría con el paso de los años.

Muchos carros son tuneados.RENÉ FRAGA

Se invierte un ‘billetote’

Son las 22:00. Los carros que van llegando hacen ‘roncar’ los motores como saludo. Se estacionan a un lado de los Granados, formando pequeños grupos con la música retumbando en los parlantes con luces.

La poca gente que conduce por ese sector no se imagina -o quizás sí- que allí se ‘cranea’ un pique. Uno de los participantes, quien no quiere identificarse, detalla la manera en la que se concursa.

“Muchas veces lo que en realidad hacemos es probar las máquinas. Es decir, venimos con amigos y competimos entre nosotros para saber la potencia del auto. Pero también se lo hace con otras personas”, asegura.

Esto es más o menos como el boxeo: tienen que correr vehículos con características parecidas. Una vez que se comprueba la similitud entre carros, los competidores conversan y se ponen de acuerdo.

Los encuentros también sirven para mostrar los carros tuneados.RENÉ FRAGA

Hay ocasiones en las que apuestan, pero son montos relativamente pequeños (50 o 100 dólares), confiesan algunos. Aunque se ha oído que se han llevado más de mil dólares en una competencia tras haberla ganado.

Los carros van a la línea imaginaria de partida. Allí, un ‘pana’ se para al frente de ambos carros y, como en Rápidos y Furiosos, levanta las manos para que los conductores salgan hasta la meta cuando él las baje rápidamente.

En realidad, ellos solamente recorren un cuarto de milla (402, 25 metros de longitud). No es como en las películas que muestran pistas infinitas.

Y para llevarse la gloria, se debe invertir. Joffre tiene un Corsa que lo ha ido modificando hace un par de años. “Estos carros son ideales porque tienen muchas piezas y eso permite que se las pueda cambiar con otras mejores”.

En su caso, el Corsa tiene un motor de alta gama (Opel) que fue importado además de otras partes. Con todo esto, estima que se gastó entre seis u ocho mil dólares.

‘Uki’ es un administrador de empresas que por las noches se transforma para concursar.RENÉ FRAGA

Se transforman

Son las 22:35. Lo que esperan los conductores es que la ‘pista’ en la av. De los Granados se despeje. Tienen la esperanza de que no lleguen policías o agentes de tránsito. Solo así se podrá concursar tranquilamente.

“Nosotros sabemos que estamos violando la ley. Pero lo hacemos siempre sin arriesgar la vida de nadie”, afirma otro de los conductores. Él cuenta que, aunque no parezca, estos encuentros se los hace con mucha cautela para evitar daños entre ellos o a terceros.

Pero siempre puede ocurrir un accidente debido a la velocidad que alcanzan. Se ha escuchado, asimismo, de personas que se han atravesado sin querer y han fallecido o de gente que en los piques perdió pista y también murió.

Antes, la avenida de Los Shyris era el punto de encuentro. Luego se colocaron cámaras de vigilancia y los controles fueron más estrictos. Entonces, los Rápidos y Furiosos capitalinos buscaron otros puntos tanto en el norte como en el sur a más de los Granados.

A esos encuentros va toda clase de gente: policías que están en sus días libres o militares, cuentan. También asisten los que son pilotos profesionales -como los hermanos Armas-, los que gustan de lucir sus autos o quienes tienen sus profesiones.

160 kilómetros por hora alcanzan los carros en la ‘pista’, mucho más de lo que corre un guepardo, el animal más rápido del mundo.

A este último grupo pertenece ‘Uki’, un joven delgado y con chompa de la escudería BMW. Conduce un reluciente auto blanco de esa marca.

En las mañanas, él se dedica a la administración de empresas. “Hago la gerencia en algunos lugares. Me toca controlar el trabajo de mucha gente”.

Pero en las noches, cuando le confirman que habrá una carrera clandestina, la emoción se enciende. Su corazón palpita a mil cuando conduce hacia la cita.

Si debe correr, siempre se encomienda a Dios con un Padrenuestro. Se santigua y pone todo de sí para ganar la competencia.

Pero esta noche parece que no saldrá como se planeó. Repentinamente, patrullas de policías empiezan a rondar el sector.

Los conductores, que suman al menos unos 30, encienden sus autos para marcharse. Algunos se quedan en una gasolinera, otros se van porque no quieren meterse en problemas.

Joffre, su hermano Leo y los demás panas hacen lo mismo. Prefieren guardarse las ganas para un siguiente encuentro en el que el triunfo no solo dependerá de su destreza o el de la máquina, sino de la suerte.

Los motores generalmente se modifican para darle mayor potencia y velocidad al carro.RENÉ FRAGA

SANCIONES

Si bien los corredores desean que se haga una normativa que legalice estas carreras, esta no ha sido aprobada. Para evitarlos, la Agencia Metropolitana de Tránsito (AMT) detalló en un comunicado enviado a EXTRA que se hacen operativos conjuntos con la Policía Nacional.

“La ciudadanía en general ha denunciado las competencias con vehículos a motor no autorizadas denominadas piques, a través de redes sociales y los canales de información oficiales”. Por eso, aquellas intervenciones se ejecutan en sitios estratégicos de la urbe.

La AMT también realiza dispositivos específicos de tránsito en horas y espacios determinados. La entidad especificó además que las personas que participan en estas competencias no autorizadas cometen una contravención de tránsito de primera clase, estipulada en el Código Orgánico Integral Penal en el artículo 386, inciso 3, numeral 3.

“Las personas que participen con vehículos a motor en competencias en la vía pública serán sancionadas con dos salarios básicos unificados del trabajador en general (800 dólares), reducción de diez puntos en su licencia de conducir y retención del vehículo por el plazo mínimo de siete días”.