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Capturan a ‘Chuzo’ por crimen de gallero
La policía aprovechó que fue a un predio que cuidaba en Quevedo para atraparlo
Varios meses duró la ‘cacería’ a Santiago Coello Franco, alias ‘Chuzo’, hasta que finalmente la policía le ‘echó el guante’ en la pequeña finca donde laboraba como guardián, en la zona norte de Los Ríos. En contra del sospechoso pesaba una orden de captura por el crimen de Bryan Veas Molina, registrado el 29 de septiembre del año pasado, durante una quinceañera que se desarrolló en el recinto La Carmelita de la parroquia Guare en el cantón Baba.
Desde aquel entonces, el escurridizo ‘Chuzo’ buscó la forma de evadir a los agentes escondiéndose en diferentes domicilios cada tres días. Pero los gendarmes no le perdieron el rastro hasta dar con su paradero en el sector Los Sauces del cantón Quevedo, donde consiguió empleo cuidando un predio.
El jefe de la Dinased Babahoyo, capitán Carlos Fraissl, aprovechó que el sospechoso se presentó a laborar el fin de semana para junto a su equipo de agentes ejecutar el operativo de allanamiento y captura. “Inmediatamente el detenido fue trasladado a la cárcel de Babahoyo donde permanece en calidad de encargado hasta que mañana, lunes 13 de julio, la jueza defina dónde guardará prisión permanente”, informó el oficial.
Hoy, la noticia fue un aliciente para los familiares de Bryan, quienes durante su sepelio prometieron no desvincularse del caso, hasta conseguir que el presunto asesino pague por lo que hizo. La captura revivió el recuerdo de aquella fatídica madrugada, en la que unos disparos terminaron con el festejo rosado e hirieron a otro de los invitados.
Ese día Ginger León perdió a su esposo y padre de su hija de dos años. Según la viuda, la muerte de Bryan enfermó a la niña semanas después de lo ocurrido, y en casa aún no se acostumbran a la ausencia del joven jornalero. Alfonso López, tío del fallecido, pidió que al detenido se lo sancione con la pena máxima por el crimen cometido. “Desde el principio dejamos todo a la voluntad de Dios y él se encargó de poner al sospechoso en manos de las autoridades. Aún no sabemos por qué le disparó a mi sobrino, pero esperamos que se haga justicia”, declaró el pariente.
Bryan era amante de los gallos, por eso, antes de su entierro, sus deudos llevaron el féretro hasta la gallera donde siempre acudía. También pusieron al mejor gallo encima del cofre como una especie de ritual de despedida entre los aficionados al deporte de plumas. (TOF)