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Un grupo de buzos del Goe, trabajó más de tres horas en el rescate de los cuerpos.Cortesía

Al capitán de la nave naufragada en Colta no dieron prisión preventiva

La investigación tomará 30 días y el implicado deberá presentarse semanalmente en Fiscalía, tiene prohibición de salir del país. Se lo procesa por presunto homicidio culposo.

“Eran bastantes personas. A mi hermano de nueve años y a mí nos dieron chalecos, a los de abajo no. Decían ‘no pasa nada, sigan’. Metían más gente y ahora hay muertos. Él no se salvó. Esto es culpa de los encargados, negligencia”, expresó entre dolor y rabia Sebastián, sobreviviente y ñaño del infante de tres años que falleció en el naufragio de una lancha turística en la laguna de Colta, la tarde del 25 de diciembre.

A su reclamo se unían los gritos desesperados de los otros sobrevivientes del periplo mortal.

“¡Mi papá!”, “¡Virgencita, qué horrible!”, “¡Matías!”. Unos llamaban a sus parientes, otros lloraban. Salió a flote el dolor, pues el percance dejó tres fallecidos: Espíritu Bravo (de 55 años, quien venía de Alausí), un niño de tres años procedente de Guaranda y una bebé de cinco meses de Quito.

Según relató Sebastián, el barco se viró luego de una mala maniobra del capitán. “Iba bien, cogió una vuelta muy rápido y nos viramos”, rememoró.

No sabe de dónde sacó fuerzas para sostener a su pariente de nueve años hasta que pudieran rescatarlos. Todo era un caos, los pasajeros buscaban sujetarse de lo que fuera.

Policías y mecánico

El mayor Milton Toala estaba en la Unidad de Policía Comunitaria (UPC), como jefe subrogante del Distrito Colta Guamote. De repente llegó un grupo de comuneros con la novedad. Él y el agente Edison Japón fueron hacia el muelle.

Ahí encontraron otro yate. Dos hombres informaron que sabían manejarlo, por lo que decidieron ir al rescate inmediatamente. A este grupo se unió Holger Orozco, mecánico automotor de Riobamba, que llegaba a la laguna de paseo junto a su esposa e hijo.

Toala reveló que cuando se aproximaron a la embarcación hundida, unas 25 personas estaban agarradas de lo que quedó a flote de la lancha.

Holger contó que el panorama era desolador. “Lloraban, temblaban de frío. Salté al bote sin medir que podía terminar de hundirse. Con sogas amarramos y comenzamos a subir a la gente a la otra embarcación”.

Los uniformados divisaron a unos 100 y 200 metros a personas que lograron llegar a los islotes que se forman en medio de la laguna. “Nos acercamos lo más que pudimos con el bote. Estaban exhaustos y afectados por el intenso frío, había que cargarlos”, añadió el agente, quien se quitó su uniforme para el rescate, por el peso que representaba.

Elevó su espíritu

La ilusión de Espíritu Bravo de reunirse con su marido e hijos en Estados Unidos terminó en las aguas de la laguna. Ella viajó de Alausí hasta Cajabamba (Colta), con uno de sus hijos, su nuera Gladys Tenemaza y nietos.

Por el feriado fueron al sitio turístico. En la ribera se tomaron la última foto juntos y subieron a la nave. Gladys estaba en la parte superior y llevaba amarrado en su espalda al más pequeño de sus nenes. Sus familiares iban abajo.

Enseguida, el barco se viró y ella salió despedida unos metros, pataleó con desesperación emergiendo y agarrando el filo de la nave siniestrada, a la que se sujetó hasta que la rescataron junto a su hijo. Su suegra no corrió con la misma suerte: su pollera (faldón), al parecer, se enredó quedando atrapada dentro del bote, por lo que se ahogó.

El adiós de los angelitos

Luego de una reunión por Navidad en Guaranda, una familia aprovechó el feriado para ir a Baños, pero hizo una parada en la laguna, en la cual pereció su allegado de tres años.

El padre del menor llegó hasta la puerta del cementerio de Riobamba. Sollozaba mientras ingresaba el ataúd blanco. Su esposa permanecía en el hospital, no se recuperaba de la fatal noticia. El deudo no emitió declaraciones, solo entregó su versión a la Fiscalía.

Parientes de los menores fallecidos esperaron que termine la autopsia en Riobamba para retirar los cuerpos.Patricia Oleas / EXTRA

A unos pocos pasos estaban familiares de la bebé de cinco meses también fallecida. Indicaron que los progenitores llegaron desde Quito y fueron a pasear el domingo 25 de diciembre en Colta.

De acuerdo con Álex Andino, miembro del Grupo de Operaciones Especiales (GOE) que participó en la recuperación de los cuerpos, 40 personas fueron sacadas con vida de las heladas aguas. Los comuneros, un turista y la policía del sector actuaron inmediatamente.

Humberto Morocho, comunero de Santa Lucía, ubicado cerca a la laguna, es un experto balsero, por lo que también se metió a ayudar. “La gente vio el incidente y me llamaron. Se sacó a todos, pero estaba atorado un cuerpo. Dos horas luché, pero no se pudo sacar. Ahí llegó la policía”, indicó.

El turista Patricio Arias hizo un fuerte llamado a las autoridades: “Tienen que controlar que se entreguen chalecos, que sea gente profesional la que navegue. No se puede tener turismo así, sin garantizar seguridad al usuario”. Según los visitantes, había mucha gente y pocos chalecos salvavidas.

Curiosos y visitantes se concentraron en las orillas de la laguna. Solo había incertidumbre.Cortesía

Las medidas cautelares para implicado

Al sitio acudió el alcalde de Colta, Simón Bolívar Gualán, quien al ser rodeado por los deudos y turistas anunció que se pronunciaría sobre el hecho “en las próximas horas”, en rueda de prensa. Hasta el cierre de la edición no se concretó la reunión.

Gualán conversó con varias personas, quienes cuestionaban la poca seguridad del lugar.

De los rescatados, 14 fueron trasladados hasta el hospital del cantón Colta. La mayoría presentaba hipotermia y hematomas. Una vez estabilizados, fueron dados de alta. Solo uno presentó un trauma craneoencefálico y fue llevado hasta una casa de salud de Riobamba. Su condición es estable.

Mientras tanto, el Twitter de Fiscalía publicó que el presunto capitán de la nave, José Manuel Guacho Yumaiglla, se lo procesa por presunto homicidio culposo y un juez del cantón Colta dispuso en su contra medidas alternativas a la prisión, como presentación periódica y prohibición de salida del país. La instrucción fiscal durará 30 días.

La temperatura de la laguna oscila entre los 11 y 13 grados Celsius. Tiene 2.500 metros de largo y 1.100 metros de ancho.