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Cannabis medicinal: Las gotitas de esperanza
Pacientes con patologías catastófricas buscan en el cannabis una alternativa para su curación. La normativa sobre este tema avanza, pero a paso lento.
Nelly valbuena es profesora universitaria y tiene cáncer de mama. Su mejor aliada para luchar contra la enfermedad ha sido el cannabis medicinal. Con ella, la mujer, de 53 años, combatió el insomnio y pudo descansar luego de dos semanas de no conciliar el sueño.
Además ha logrado contrarrestar los dolores en los huesos de las piernas, la espalda y de la cadera que no la dejaban caminar...
Como ella existen 3.000 pacientes oncológicos y de otras enfermedades catastróficas en el país que tienen vía libre al cannabis medicinal sin sentirse juzgados. Esto luego de que la planta dejara de estar en el listado de sustancias peligrosas y sin valor terapéutico de la Organización de Naciones Unidas (ONU).
Desde el 2 de diciembre de este año, la Comisión de Estupefacientes de dicha entidad reconoció sus propiedades medicinales.
Valbuena toma 10 gotas de un concentrado cannábico desde hace cinco años, cuando dejó los parches de morfina. Estos le causaban dolores de cabeza, náuseas y solía marearse. También eran caros. Según ella, en un parche gastaba hasta 100 dólares y eran de uso semanal. En cambio, en un gotero de cannabis gasta 30 dólares al mes.
Según la Agrupación Nacional de Pacientes y Familiares Vulnerables, no existen cifras oficiales sobre las personas que utilizan esta medicina alternativa porque, a pesar de que el 17 de septiembre del 2019 se despenalizó el uso medicinal del cannabis en el Ecuador, con reformas al Código Penal, todavía no están claras las regulaciones en su comercialización ni tampoco se ha formalizado una norma jurídica que regule las actividades en torno al cannabis.
Además, según Alexis Ponce, fundador y coordinador de la agrupación, hay usuarios que tienen ‘vergüenza social’. “Ministros y legisladores nos han pedido medicamentos para sus familiares”. A su criterio, esto provoca una criminalización de la sociedad a las personas que usan esta medicina y se generan prácticas que todavía son penalizadas.
Para el activista, es urgente una norma legal que permita la producción, importación y distribución de este tipo de fármacos naturales, “con responsabilidad social”, para que miles de pacientes con enfermedades catastróficas tengan otra alternativa para curarse.
Según su análisis, son cerca de 4 millones de personas en el país las que podrían beneficiarse de los productos naturales. Dentro de ese grupo estarían pacientes con leucemia, cáncer, artritis, parkinson...
Sin embargo, no todos ellos pueden acceder a este tipo de medicamentos. Valbuena reconoció que cuando cambió de tratamiento se le complicó conseguir cannabis. Recordó que sus familiares la ayudaron a buscar marihuana por internet. También sus estudiantes le compartían recetas caseras elaboradas con la planta.
ENTRE LA ESPADA Y LA PARED
Alberto (nombre protegido) compró media libra de marihuana orgánica sin químicos y sin prensar. Escogió una vivienda con espacio al aire libre, llevó una cocineta, recipientes Pyrex, filtros de café y una olla arrocera.
Tenía miedo de caer preso, pero su objetivo era claro: elaborar aceite medicinal de cannabis de forma casera para su sobrino, a quien le detectaron leucemia mieloide.
El paciente, de 22 años, ya había combatido contra la enfermedad por más de 10 meses, tiempo en el que perdió peso y cabello por las sesiones de quimioterapias.
Además, tenía dolores insoportables en los huesos y, por su enfermedad, se le formaron varias heridas en el cuerpo. Una de ellas necesitó trasplante de piel.
Como él existen cada año 30 mil nuevos pacientes oncológicos en el Ecuador, según Gabriel Buitrón, experto en políticas públicas sobre drogas. Asimismo, hay 250 mil personas en el país que sufren de dolor crónico. “El Estado solo garantiza medicamentos al 25 por ciento de estos pacientes”, dijo Buitrón.
Por eso, Alberto decidió romper la ley y elaborar aceite cannábico por su cuenta. Mezcló los 227 gramos de marihuana con material orgánico y alcohol. Este contenido pasó por procesos de refrigeración, destilación, filtración y evaporación. Duró seis horas y el resultado fueron tres pequeños frascos con el ‘compuesto milagroso’.
Tras cuatro meses con el tratamiento hubo resultados positivos. El aceite le abrió el apetito, permitiéndole ganar el peso que perdió. También logró cicatrizar más rápido sus heridas, sobre todo la del trasplante. Los médicos que lo atendieron reconocieron que el proceso de curado fue rápido y que el estado de ánimo del joven mejoró considerablemente.
EXTRA contactó a doctores quienes afirmaron que no pueden recomendar nada que no esté dentro de la medicina tradicional. Prefirieron no hablar del tema.
Y LA LEY ¿PA' CUANDO?
Buitrón indicó que en el país existen 20 organizaciones naturistas que realizan aceite cannábico para uso medicinal. Sin embargo, esta actividad no está regularizada por el Estado.
En octubre de este año, el Ministerio de Agricultura y Ganadería (Magap) emitió la norma para la producción, comercialización y exportación del cannabis no psicoactivo y cáñamo industrial.
Además, la Agencia Nacional de Regulación, Control y Vigilancia Sanitaria (Arcsa) debe elaborar la norma legal que incluya los requisitos para los interesados en la producción e importación de fármacos, productos naturales de uso medicinal...
Sin embargo, Buitrón y Ponce, quienes han tenido acercamiento con las autoridades sanitarias, concuerdan que estas regulaciones están siendo analizadas en beneficio de las empresas y no del paciente.
Buitrón enfatizó que los gobernantes deben diferenciar la marihuana para uso recreativo y para uso medicinal. El primero es para “pasarla bien”, mientras que el otro es para “salvar una vida.” Para el académico es importante la participación de los pacientes en las reformas. Sobre todo para fomentar el tema del autocultivo.
Explicó que los pacientes no quieren vender aceite con la regulación, sino “sembrar su propia medicina”. Porque solo así “podrán saber qué tipo de producto están utilizando”.
Ponce también considera que las autoridades no miran por el paciente. Comentó que tuvo acceso al documento que está elaborando el Arcsa y constató que los requisitos para la producción del cannabis solo los podría cumplir una empresa. “Piden grandes espacios como mínimo para producir y un paciente con necesidades no tiene ni dónde ‘caerse muerto’”.
MAS DETALLES...
* La Organización de las Naciones Unidas (ONU) mantuvo al cannabis en la lista de sustancias peligrosas desde 1961. Ahora se reconoce oficialmente la utilidad médica de esta planta, pero su consumo recreativo seguirá prohibido en la normativa internacional.
* Los compuestos medicinales derivados de la planta de marihuana son variados. Existen goteros, pomadas, cremas, supositorios y píldoras. Para los niños hay gomitas comestibles. Estos productos todavía no llegan al Ecuador.