El día más relevante en la historia de Guayaquil fue aquel 9 de Octubre de 1820, día en el que los precursores de la independencia alcanzaron la total libertad de la ciudad. Hoy recordamos esta 'página dorada' de la biografía de la urbe, en un recorrido por los sitios históricos donde inició el proceso de emancipación.

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Para conocer sobre aquella revolución, EXTRA consultó al historiador Rodolfo Pérez (83), uno de los más destacados del país en su ámbito, de acuerdo con la Enciclopedia del Ecuador.

Perez relató que todo comenzó una semana antes del 9 de octubre, en un baile que buscaba ser el punto de encuentro entre independentistas como José de Villamil, José de Antepara, Gregorio Escobedo, León de Febres Cordero, entre otros. Esta tertulia secreta fue llamada por Antepara como "La Fragua de Vulcano", un término con el que estaba relacionado por sus ideales masónicos.

La mañana del sábado 7 de octubre, Juan Pascual Vivero, gobernador de la provincia de Guayaquil, solicitó trasladar escuadrones de cientos de soldados, por lo que la entonces pequeña ciudad de 70.000 habitantes, estaba en emergente tensión. A pesar de aquello, nada pudo desvanecer aquella revolución.

Esta fiesta fue clave, pues planearon paso a paso lo que fue la noche del 8 de octubre, la cual acabó con la Revolución de Octubre la mañana siguiente.

Varios escritos y fuentes argumentan que solo hubo un muerto en esta gesta, Joaquín Magallar, pero Pérez explicó que el bibliotecario Enrique Muñoz Larrea, encontró un archivo del capitán español Ramón Martínez, en el que narró a sus superiores que el encuentro dejó alrededor de 28 muertos.

Este capítulo fue esencial para lograr la independencia de América, porque debilitó aún más la posición de los españoles en el Virreinato de Lima y en Colombia.

Entre el 1 y 2 de octubre se reunieron aquí los próceres, en una reunión secreta fundamental para la planeación de la batalla. Hoy es un parqueadero de vehículos ubicado entre las calles Elizalde y 9 de octubre.

A las 20:00 del 8 de Octubre, Febres Cordero y Damián Nájera acudieron a este cuartel y casi 250 efectivos del sitio se sumaron a la causa. Hoy está el Edificio Crillón.

Dos horas después, los rebeldes tomaron este lugar y y también los bajos de la entonces Casa Consistorial. Hoy funciona el Palacio Municipal.

La media noche de aquel 8 de octubre, los patriotas apresaron al comandante de los Granaderos de Reserva, Benito García del Barrio, y tomaron su vivienda. Hoy está ubicada la Biblioteca Municipal.

Alrededor de las 04:00 del 9 de Octubre, las tropas se tomaron este punto de defensa, el cual es el único que permanece hasta estos días. No obstante, hoy solo es un atractivo turístico.

Para las 10:00 de aquel memorable día, los revolucionarios se reunieron en la Casa Consistorial y firmaron el Acta de Independencia. José Joaquín de Olmedo aceptó el cargo de jefe político.

De acuerdo con Pérez, la toma de cuarteles no fue mucho problema, puesto que la mayoría de las tropas eran mal pagadas por el estado, por lo que los próceres financiaron los valores y pudieron seguir adelante con poco derramamiento de sangre.

Al llegar la Aurora Gloriosa del 9 de Octubre de 1820, según los libros  de José María Le Gohuir Raud (J. L. R.), Ana Garaycoa, esposa de José de Villamil, confeccionó la primera bandera de la república inspirada en la bandera insurgente de las provincias unidas del Río de la Plata (actual Argentina), y le añadió tres franjas más, quedando así la flamante bandera que hoy conocemos.

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