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Julio Acosta encontró entre varias lápidas la de su madre, que fue retirada de su bóveda que ahora ocupa otro muerto.YIE

Cadáveres se hicieron ‘humo’ en cementerio de Ambato

Fueron a visitarlos a sus tumbas y las hallaron vacías. Deudos están indignados por lo que ellos consideran una “exhumación arbitraria”

Julio Acosta se quedó ‘helado’ cuando acudió a ver el nicho donde reposaban los restos de su progenitora y se llevó la sorpresa que figuraba otro nombre.

Preguntó qué había pasado y en la administración del cementerio de la parroquia Huachi Chico le dijeron que fueron exhumados, puestos en una funda y enterrados en una fosa común.

“Ni en el cementerio se descansa en paz. Esto es una arbitrariedad. Tenemos el título de propiedad y aun así han desalojado los restos de mi madre”, expresó el adulto mayor mientras el jueves 28 de octubre rebuscaba entre los escombros la lápida de su madre María Bermúdez, quien falleció en el 2000.

Indicó que se enteró cuando fue al lugar porque iban a sepultar a otro familiar. “No sabemos cuándo lo hicieron, porque por la pandemia dejamos de visitar todo ese tiempo los camposantos. Ahora en finados no tengo dónde ir a ver a mi madre”, expresó el afectado.

La misma situación pasa Claudia Valencia, quien era única hija y dejó de visitar la tumba de su madre desde que empezó la pandemia. “Han saqueado prácticamente los restos de mi madre. Esto es una profanación. Nunca nos notificaron. Además, somos dueños de las bóvedas porque se compró y se tiene el título de propiedad”, expresó Valencia, quien solo tiene el recuerdo de donde fue sepultada su progenitora.

Alerta a familiares

El cementerio de Huachi Chico, sur de Ambato, es administrado por la iglesia de la parroquia. El párroco, quien sería el responsable, ya fue cambiado del sitio.

Mónica Uña, quien está a cargo de la limpieza del camposanto, mencionó que hace dos meses empezaron las exhumaciones y que incluso se colocaban unos papeles en los nichos para alertar. “Cuando llegaban los familiares les advertía que acudan a pagar porque les iban a exhumar los cuerpos. Son algunos cadáveres que sacaron, unos fueron retirados por sus deudos y otros fueron a las fosas comunes”, expresó la mujer.

El padre Fabricio Dávila, vocero de Comunicación de la Diócesis de Ambato, explicó que el proceso de exhumación “es normal, como en todo cementerio, cuando los familiares han dado muestras de falta de interés”.

El proceso empezó desde el 2014. Se hizo el primer censo y después se lo socializó.

Incluso, dijo, se colocó un anuncio para que los familiares se acerquen a la parroquia. “Con quienes no llegaron se tomó la decisión de la exhumación y colocar los restos en fosas comunes hasta que lleguen”, sostuvo el clérigo.

Julio y Claudia expresaron que después de pasar momentos duros con la pandemia tenían ansias de regresar al cementerio, pero ahora no tienen un sitio donde llorar a los suyos. (YIE)