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En las fotos de la vista de Quito aparecen 'tallarines'.Karina Defas

Los cables colgados en San Juan, centro de Quito, 'enredan' a los vecinos y turistas

Los miradores están obstruidos. Desde la Empresa Eléctrica se reconoce que sí hay una sobrecarga.

Ver el paisaje del centro de Quito es casi imposible desde San Juan. Los turistas se dan modos de hacer fotos, pero en las tomas aparecen cables que atraviesan las calles.

La casa de Helena Caicedo, ubicada en las calles Riofrío y Panamá, está ‘escondida’ detrás de los llamados tallarines, pues están tan enredados que no hay manera de diferenciarlos.

“Pesan tanto que ya se han caído”, lamenta. Esto causa temor en los vecinos. Corren el peligro de que se suelten sobre alguien. “La vez anterior no hubo heridos, pero aquí hay niños y ancianos que difícilmente podrán esquivarlos”, dice.

Hace dos semanas, incluso, obstaculizaron el paso de la calle Riofrío. Ni siquiera el camión de la basura pudo pasar.

Vecina muestra la sobrecarga que existe en la calle Riofrío.Karina Defas

Solución a medias

Esteban Tapia, otro de los moradores, cuenta que empresas proveedoras de internet, cada una por su lado, pusieron “un par de ganchos para levantar los alambres”. No más.

El problema no es reciente. Los habitantes reportan que los ‘tallarines’ aumentaron con la pandemia. “Con las clases virtuales hay más familias que usan internet”, cuenta Helena.

Sin embargo, también hay quienes han cambiado de proveedores y esos cables solo quedaron colgados. Nadie los quita.

Eduardo Tapia, empleado de una empresa de internet, comenta que para ellos no es posible reutilizar los cables anteriores, puesto que son puertos diferentes. Dice que hace unos tres años ya se hizo un saneamiento del cableado no solo en esta zona, sino en varios barrios de Quito. “Pero no todos son de un mismo proveedor”, insiste.

Los afectados solicitan que trabajen mancomunadamente.

La solución más eficiente para los moradores es el soterramiento de los cables, que en años anteriores se realizó en algunos barrios del norte de Quito, entre ellos, La Mariscal.

Estos molestos cables se sostienen en los postes pertenecientes a la Empresa Eléctrica Quito (EEQ). La técnica Carina Escobar dijo que como entidad pública están en la obligación de facilitar la mampostería para otros servicios aparte de la energía eléctrica.

“Existen normas técnicas desde el Ministerio de Telecomunicaciones e intentamos llevar el mayor control”, asegura.

Están en los contratos de arrendamiento, pero que no se han cumplido. “Es verdad que existe una recarga de cables”, reconoció. Aún se espera que desde el Municipio de Quito se organice el soterramiento de estos tallarines. “La Secretaría de Territorio sería la organizadora, la idea es unificar los planes”, puntualiza.