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Patricio (de camiseta roja) entrega comida no perecible a familias. Realiza su noble labor con donaciones desde hace 12 años.Freddy Rodríguez / EXTRA

En busca de "cualquier cosita" por las calles de Guayaquil

La Perimetral se convierte en la vía de solidaridad en estas fechas. A esta carretera van personas de escasos recursos para esperar alguna donación.

Los festejos navideños y de Año Nuevo no solo dejan alegría a su paso. También ponen al descubierto la ‘chirez’, desigualdad y la falta de oportunidades, a través de quienes salen a las calles a extender la mano para recibir una dosis de solidaridad.

Es la otra cara de diciembre. Mientras en unos hogares la duda está entre cenar pavo o chancho, en otros, el menú se prepara con alimentos regalados. Así de simple.

Hay quienes pernoctan en el carril sur-norte de la vía Perimetral, cerca de Tres Bocas, para esperar que algún conductor se detenga y les entregue algo de víveres, ropa y juguetes.

Esta es una de tantas zonas de Guayaquil, en donde la crisis aflora. Aceras y parterres del centro y norte se saturan con súplicas por dinero o comida.

Carmen Gómez, de 85 años, acudió con un nieto a ese tramo de la Perimetral para probar suerte y ver si le daban algo. Con ese paso lento que llega inevitablemente con el transcurso de los años, la octogenaria caminaba a una parte de la vía donde no hay barandas y podía estar más segura, parada sobre maleza seca, lejos de los carros.

“Vine a ver cualquier cosita para llevar a mi hogar. Está dura la situación”, comentó la adulta mayor, quien tuvo que esperar algo más de tres horas para recibir un kit de productos que le dio un chofer que circulaba por el sector.

Los ciudadanos recorren el carril sur - norte de la Perimetral, esperando la ayuda ciudadana.Freddy Rodríguez / EXTRA

Con la misma intención estaban Norma Tomalá y sus tres nietos, quienes corrían detrás de cada carro que se parqueaba al lado derecho de la carretera para obsequiarles algo.

La mujer, de 62 años, suele vender agua por la Bahía, pero como en este mes el Cabildo dispuso controlar el comercio informal por allí, le tocó dejar sus ventas en esa zona.

“No hay empleo”, dijo a modo de queja, mientras acomodaba un paquete de golosinas que le donaron a sus nietos.

Ambas madres de familia coinciden en que la pandemia del coronavirus aún deja estragos en la economía y que eso repercute en que haya pocas oportunidades de obtener un ‘camello’ fijo. Por esa razón aplican a la informalidad.

Y así continuaron ese grupo de personas, extendiendo sus manos en la Perimetral, para alcanzar algo de la generosidad de los ciudadanos.

12 AÑOS SOLIDARIOS

Tal como hay personas que pasan por dificultades financieras, asimismo, hay quienes con donaciones se organizan para llevarles algo a los que necesitan.

Desde los carros les entregan kits de alimentos y, a veces, juguetes.Freddy Rodríguez / EXTRA

Desde hace 12 años, Patricio Matamoros entrega víveres en la Perimetral, en la avenida 25 de Julio, en la Casuarina y en el centro del Puerto Principal.

En cada Navidad tiene distribuidos sus recorridos e, incluso, recibe la festividad en la calle, brindando refrigerios a quienes habitan a la intemperie, en el caso central de la ciudad.

“Lo importante es ayudar. No es que a uno le sobre, pero se busca la manera de poder recoger cosas que les puedan servir”, refirió el ciudadano, que mantiene este gesto el resto del año.