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Los buses no siempre se estacionan en las paradas establecidas para recoger pasajeros.René Fraga

Si es bueno... “pagamos”, dicen usuarios sobre el aumento del pasaje en Quito

Usuarios están de acuerdo con el aumento de la tarifa de pasaje urbano. Sin embargo, se muestran escépticos a las mejorías que se pretenden hacer.

La tarifa de 0,35 centavos para el transporte urbano, que fue aprobada por el Concejo Metropolitano y que entraría en vigencia en febrero, ha puesto en la mira el servicio. A partir de entonces se han desvelado deficiencias que los usuarios las palpan día a día.

Ayer, en la avenida Rodrigo de Chávez, una de las arterias más transitadas del sur de Quito, lucía así: hombres y mujeres anunciaban las rutas de los buses, gente corriendo detrás de las unidades, otros gritaban: “¡Pare, pare!”.

No solo eso. Los choferes no respetan las paradas, los ciudadanos se quejan del maltrato y la inseguridad. Además, el aseo es algo que da de qué hablar, sobre todo cuando los autobuses van llenos.

Sin embargo, hay un ambicioso plan de reordenamiento que va de la mano con el alza de pasajes que pretende ‘deshacer’ los puntos críticos que envuelven al transporte.

Patricio Meza, usuario de la parada de bus de la avenida Rodrigo de Chávez, dice: “No es mucho lo que tendremos que pagar, no creo que nos afecte, pero a veces es feo ir en bus”.

Hay personas en distintas zonas de las rutas que les toman el tiempo, miden la diferencia que llevan con la competencia. “Ahí van a gran velocidad para ganarle al otro”, añade el hombre.

Por su parte, Mauro Santos, otro pasajero, cuenta que “paran donde les da la gana por coger más pasajeros. A veces, en media calle”. Otras veces van tan lento que los pasajeros se desesperan, pues deben llegar puntuales a sus destinos. “Tampoco hay que dejar de lado que las unidades no siempre están bien cuidadas, quizá es falta de recursos”, acota.

Los cambios

La Ordenanza Reformatoria del Código Municipal establece un nuevo modelo de gestión para la movilidad. La propuesta se compone de estos ejes: política tarifaria socialmente justa, reestructuración de rutas y frecuencias para ampliar al 95 % la cobertura del servicio, así como la integración de sistemas y de recaudo.

Según Santiago Guarderas, miembro de la Comisión de Movilidad del Concejo Metropolitano, el Metro de Quito será la columna vertebral de este cambio. Además, la aplicación de la tarifa empezará cuando se modifiquen los contratos con las operadoras de transporte, basados en los parámetros de la ordenanza.

“Previo a eso la Secretaría de Movilidad deberá presentar un manual de indicadores de calidad en los próximos 30 días”, comenta el edil.

En horas pico se evidencia más el caos en el transporte urbano.René Fraga

Nueva forma de gestión

Cristóbal Buendía, presidente del Observatorio de Movilidad de Quito, explica que el éxito de otros sistemas de transporte, como los europeos, es el modelo de gestión. “En el país tenemos un retraso de 30 años en esto. Las operadoras no son empresas”, comenta.

Este retraso en la forma de llevar el transporte en general deviene, para Buendía, en el resto de ineficiencias como la falta de capacitación a los choferes, malas condiciones laborales y que, además, las frecuencias no lleguen a todos los rincones de la ciudad.

“Hay barrios en los que no hay como llegar. Entonces hay taxis informales e inseguridad”.Cristóbal Buendía, presidente del Observatorio de Movilidad de Quito

Guarderas y Buendía coinciden en que la aprobación de la ordenanza –que ha tomado un año– es solo el principio de todo lo que hay que hacer y que tomará al menos un año y medio.

Guarderas indica que el gremio de transportistas ha sido partícipe de la elaboración de la ordenanza. Aunque de todas formas las frecuencias le pertenecen a la ciudad y ellos deberán acatar las disposiciones. “Se establecerá un concurso público para las frecuencias y pueden participar hasta operadoras internacionales”, refiere.

Hasta tanto, usuarios como Patricio o Mauro esperan ver las ansiadas mejoras.