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Coronavirus: "brote explosivo" podría matar a unas mil personas en Quito
Hay un plan comunitario para poder frenar el pico de contagios en la capital.
Escuchar al PhD y experto en enfermedades contagiosas Alberto Narváez hace que se erice la piel...
El sábado, mientras se presentaba un proyecto para que brigadas de estudiantes de Medicina atendieran a contagiados sintomáticos de 50 barrios quiteños que acumulan más del 60 % de casos de COVID-19, Narváez habló sobre la situación epidemiológica.
Desde mayo, por el hambre ya se rompió la cuarentena. Y hubo un ascenso paulatino de casos. “Ahora estamos iniciando el pico explosivo. En una predicción que hicimos con expertos de la Universidad de Oxford, planteamos que para mediados de agosto se alcanzará el pico máximo, y de ahí comenzará a descender”.
No fue todo. Sostuvo que en julio, agosto, septiembre y octubre habrá un exceso de casos y fallecidos si solo se mantiene el semáforo en amarillo y no se hace nada más. “No va a ser tan grave como en Guayaquil, pero suficiente como para matar a unas mil personas que no deberían morir por falta de acceso a recursos de salud, camas y oxígeno”.
Narváez precisó que la pandemia no tiene un comportamiento territorial. Dijo que el 80 % de casos (defunciones, ingresos hospitalarios) se acumulan en 27 de las 64 parroquias que tiene el Distrito Metropolitano de Quito (DMQ). Y en cada parroquia, a su vez, se acumulan en pocos barrios. Donde hay más hacinamiento y trabajo informal está presente esta enfermedad.
Además, indicó que “este virus se transmite en el aire”, no solo por las manos. Y los sitios donde mayor transmisión hay son las viviendas: 6 de cada 10 personas se infectan en los domicilios, pero es porque llevan el virus de la calle. “Y por eso hay que actuar en las casas”, indicó el experto.
El proyecto antes mencionado, suscrito por la Universidad Central del Ecuador (UCE), el Ministerio de Salud Pública (MSP) y Unicef, se llama ‘Control Comunitario de COVID’ y una de sus características específicas es focalizar el control en 50 barrios. El objetivo es clarísimo: frenar el “brote explosivo” que ya ha comenzado.
Esta ‘cacería’ del virus responde a las recomendaciones de la comunidad académica, que vio como un paso imprescindible que el control de la COVID-19 se realice comunitariamente. Es decir, que se establezcan vigilantes en cada manzana o en cada barrio para alertar a las autoridades de salud sobre los casos sospechosos, y que las brigadas acudan al sitio para atenderlo y brindar tratamiento, así como para aplicar el cerco epidemiológico.
Hasta ahora se ha establecido que 1.500 vecinos realizarán este trabajo, así como 300 personas con sospecha de tener el virus y con síntomas que serán intervenidas en esta semana, según Luis Muñoz, coordinador de la Zona 9 del MSP.
Las brigadas están conformadas por estudiantes de pre y posgrado de la UCE que, según su rector, Fernando Sempértegui, realizarán esta labor de manera voluntaria. El proyecto se inició en la comuna de Santa Clara de San Millán, en el noroccidente de Quito, donde según Narváez se han identificado 50 casos.