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Una Nochebuena en un hospital junto al coronavirus
El personal médico del Hospital IESS Quito Sur compartirá un año más la Nochebuena con el coronavirus, pero esta vez es menos trágico.
Los médicos y las enfermeras imaginan que los sonidos de las máquinas de la sala de terapia intensiva se convierten en notas musicales navideñas. Quieren sentirse en ambiente.
Es Nochebuena en el Hospital IESS Quito Sur y, por segundo año consecutivo, el coronavirus se convirtió en otro integrante del pesebre allí. Y en esta ocasión trajo a su primo ómicron para ‘rezar’ la novena.
En las dos últimas semanas ha habido un incremento paulatino en pacientes que requieren ser tratados en una Unidad de Cuidados Intensivos (UCI). Hasta mediados de diciembre de las 10 camas había disponibles hasta cuatro, pero en los últimos días han pasado llenas y ha habido uno o dos pacientes en lista de espera.
Josué Castro, médico intensivista, es uno de los 23 tratantes que intentan salvar la vida a personas contagiadas con el ‘bicho’. Por eso cuenta que no hubo tiempo para planificar una cena con pavo ni amigo secreto. Solo hubo un pequeño refrigerio. Par de palabras. Abrazos y chao... a seguir curando.
Castro, de 35 años, dejó en casa a su esposa (anestesióloga) y a la ‘bebé pandemia’. Así suele tratar con cariño a su hija de un año. Ella nació durante la propagación del virus en la país, mientras su papá, un soldado en primera línea, combatía contra el ‘bicho’.
El galeno recuerda que los peores días que vivió durante la pandemia fue cuando tuvo una de las tantas salas UCI llena de integrantes de una sola familia. Eran nueve personas. Sobrevivieron cuatro.
Castro tenía sentimientos encontrados cuando desconectaba los tubos por donde respiraban artificialmente. En unas ocasiones era porque se recuperaban, en otras porque fallecían. “Lo más duro era decirles la mala noticia a los que se quedaron”.
El intensivista se deprimió tanto que buscó ayuda en un psicólogo. “Había personas que se quedaban solas. Sin familia”.
Al médico le entra una llamada. Es cambio de turno y el IESS Quito Sur atiende a más del 85 % de personas contagiadas en Pichincha. El virus no perdona. Y menos en Navidad.
Mientras Castro atiende la llamada, la médico tratante Verónica Paredes revisa una foto en su celular. Se ve a un joven puesto una capa y muceta azules. Se acababa de graduar. En Navidad del año pasado le enviaron esta imagen en agradecimiento a su labor.
“Él estuvo más de 50 días y casi se muere”, recuerda la doctora. Ella es soltera y oriunda de Ambato. Lo que más le duele en esta Nochebuena es que no puede compartir con sus sobrinos y sus padres. Ante eso hará una videollamada antes de las 00:00 del 25 para saber de su familia.
Jennifer Salcán, enfermera del área UCI, revisa los detalles del turno anterior y atiende a un paciente.
Enfatiza que este año fue menos trágico que el anterior. Ella vio levantarse a decenas de pacientes que pudieron festejar la Navidad con sus seres queridos. “Hubo familias enteras que desaparecieron”.
En la actualidad hay 13 pacientes en la sala de cuidados intensivos y 59 en el área de hospitalización. Mientras los dejan estables, el personal sanitario se da una ‘escapadita’, comparte una comida y, a la vez, recomienda a la ciudadanía que mantenga las medidas de bioseguridad, a todos desean una ¡Feliz Navidad!