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Elena aprovechó para tomarse fotos en los murales. Opina que los mensajes permiten reivindicar a la mujer.Christian Vinueza / EXTRA

'La 18' tiene sus muros del respeto

Sexoservidoras se toman fotos con frases en favor de la mujer. Las paredes aledañas al lugar fueron pintadas contra la agresión femenina.

A paso lento, Elena observaba minuciosamente los murales pintados en las paredes del barrio de tolerancia de Guayaquil, más conocido como ‘la 18’. Es la primera vez, en sus tres años como trabajadora sexual, que el arte urbano pinta de colores esta zona del suroeste porteño.

Los muros aledaños a los dos ingresos del centro del ‘cuerpeo’ están pintados con mensajes contra la violencia femenina. Eso fue lo que captó la atención de la joven, de 24 años. Tanto así que se quedó leyendo cada frase y hasta se tomó fotos frente a las imágenes, antes de iniciar su jornada.

“La cantidad de ropa que uso no determina la cantidad de respeto que merezco”, es una de las frases que destaca.

Además del arte plasmado en las paredes, el sector ha sido adornado con plantas para que luzca más vistoso.Christian Vinueza / EXTRA

Y precisamente esa reflexión fue la que más le agradó a Elena, pues comentó que tanto ella como sus compañeras se visten sensuales para ejercer su trabajo, pero no por eso debe aguantar groserías y acoso.

“Va más allá de la ropa. Deben entender que no importa que este sea nuestro oficio, igual no tienen por qué pasarse de la raya”, enfatiza.

Otro de los murales tiene la imagen de una mujer que intenta sacarse una venda de los ojos, mientras con su mano derecha intenta parar un ataque. La obra expresa que el silencio es letal para que continúe el maltrato contra la mujer.

A Bárbara, otra sexoservidora, de 21 años, le gustó un párrafo que alude a no caer en las drogas. Dice que en la actualidad los ‘pelados’ son más vulnerables al consumo de sustancias. Por eso deben andar ‘mosca’ a las tentaciones.

Brenda Rentería, presidenta del barrio de tolerancia, mencionó que la idea de pintar la zona surgió para proyectar dos cosas: que no por el tipo de actividad el sitio debe estar descuidado, pero principalmente recordar a la ciudadanía que las chicas también son madres, hermanas, hijas y deben ser respetadas como tales.

“Lo importante es que vean que no pueden abusar solo porque ellas se ganan el pan con el servicio sexual. Es una labor como cualquier otra, la hacen porque necesitan el dinero, no es que les gusta”, aclara.

Bárbara refiere que los clientes deben tener claro que no pueden tratarlas mal aunque paguen por el servicio sexual.Christian Vinueza / EXTRA

FORMACIÓN, EL OTRO PASO

Para la psicóloga clínica Annabelle Arévalo, gestora de atención integral de violencia de género del Cepam (Centro Ecuatoriano para la promoción y acción de la Mujer), este tipo de mensajes son necesarios, pues la sociedad debe tener claro cuáles son los patrones machistas, sexistas y denigrantes.

También considera que esto ayuda a mirar a las sexoservidoras como personas sujetas de derechos humanos, sin discriminación. Esto es clave, pues ella ha conocido casos de abusos y violencia contra trabajadoras sexuales que no han sido tratados con celeridad luego de ser denunciados.

"Se quiso expresar que no pueden denigrarlas por hacer su trabajo”.Brenda Rentería, dirigente.

“Deberían continuar con capacitarse en derechos humanos para que puedan defender estas ideas y exigir respeto desde ese conocimiento. Si se les da una formación podrían tener mayores elementos para detener esta violencia”, recalca Arévalo.