Exclusivo
Actualidad
¡Atento, estas son las 40 secuelas que deja la COVID-19!
Muchas se relacionan con dolores en varias partes del cuerpo, otras son psicológicas. También puede provocar hipertensión arterial y fibrosis pulmonar
Dos veces tomó una soga e intentó quitarse la vida. En ambas ocasiones fue salvado a tiempo por sus familiares, ya cuando estaba colgado. Tanto era el dolor en su cuerpo, después de haber sido ‘pateado’ por la COVID-19, que para Luis Toaza Mora el suicidio era su única salida.
El hombre, de 39 años, había acudido a varios doctores y gastado más de 5 mil dólares en medicinas, rayos X, exámenes y tratamientos, pero nada lo mejoraba.
No había cosa que no tomara o hiciera: las agüitas con montes que recomendaban algunos en Facebook; las pastillas que le dijo la vecina que había curado a la mujer de un primo suyo; los brebajes milagrosos que le comentaron en algún grupo de WhatsApp; las vaporizaciones con eucalipto y mentol... lo que sea. Y todo seguía igual.
Por esas cosas de la vida, al revisar sus redes sociales también se encontró con el anuncio de la doctora Daysy Avilés y algo que le llamó la atención sobre un estudio que ella había desarrollado: las 40 secuelas del COVID.
“Él llegó mal. Me confesó que ya había intentado matarse y si no encontraba solución lo volvería a hacer”, revela la galeno, quien se anuncia en su red social Facebook como “especialista en secuelas COVID-19”.
Más de allá que acá
Como él, Shirley Correa Bedoya, de 39 años, se presentó en el consultorio de Avilés con una sola pregunta: “Doctora, dígame si aún tengo salvación”.
“Llegué con problemas respiratorios, dolor en la nuca, se me caía el cabello... prácticamente tenía todo lo que ella ponía en el anuncio”, dice al contar cuáles eran sus dolencias.
Shirley, quien es madre de un niño especial, recuerda que su mayor preocupación era “morir, acostarme y no levantarme más, sin saber con quién quedarían mis hijos”.
Pero antes de llegar donde la doctora Avilés ya había pasado por varios galenos: en medicina general, primero, y luego con un alergólogo; fue derivada al otorrinolaringólogo y tuvo consulta con dos profesionales, uno de ellos incluso la quería operar de los cornetes; también pasó por un cardiólogo... y ella estaba igual de terrible en su salud.
“Me sentía ‘más de allá que acá’. Gastaba mucho dinero en vacunas, recetas de 30 y 40 dólares, ya no sabía qué hacer”, afirma.
Tanto Shirley como Luis entraron a tratamiento con Avilés, quien durante 10 días les administra un medicamento intravenoso, que va acompañado de otras terapias.
Ahora, ya superados sus problemas y con su consentimiento, la especialista revela que, en el caso de Shirley, “ella tenía solo 21 de las 40 secuelas poscovid que tengo registradas, pero igual sentía que se moría”.
Del 1 al 40, anote
El cuaderno de la doctora Avilés parece el libro de apuntes de un estudiante. Ahí, ella toma nota de los males de sus pacientes. “Pérdida de gusto y olfato, ahogo, diarrea, nudos en la garganta, tos seca, pérdida de la conciencia, dolor dentario, dolor de espalda...”.
Así registra cada uno de los problemas que sus pacientes le refieren están soportando.
Y más abajo una serie de números, a veces seguidos del nombre de algún medicamento que el afectado toma o un dato que le sea útil: “1, 2, 3 (Passinerval y Flores de Bach), 7, 8, 9, 10 11 (diaforesis frecuente), 12, 13, 14, 15 (pesadez occipital sien izquierda + tic nervioso en ojo y labio)...”, como anotó en el caso de un paciente de quien llegó a completar el registro de 34 de las 40 secuelas pos COVID-19 que ella tiene enlistadas.
Afecta hasta en la menstruación
Avilés, quien también es máster en Prevención de Riesgos Laborales por la Universidad Europea, de Madrid, explica que el proceso inflamatorio que se produce por la COVID-19 está no solo en los pulmones, sino que “va de la cabeza a los pies”.
Y esas secuelas se ven en muchos pacientes que sienten que le queman los pies, se les hinchan las piernas, “sienten dolor en los brazos, tienen problemas respiratorios permanentes y hasta hay mujeres que han sufrido trastornos en sus menstruaciones” después de haber pasado la enfermedad.
Puede producir fibrosis pulmonar, algo irreversible
Carlos Mawyim, médico intensivista, explica que, efectivamente, quienes han tenido COVID grave, es decir han estado hospitalizados y en unidades de cuidado intensivo con ventilación mecánica, presentan secuelas muy importantes.
“En primer lugar en el aparato respiratorio, pues una de las cosas que se ha visto en esta inflamación pulmonar es que se produce un estado de fibrosis pulmonar. Es decir, el pulmón se cicatriza y ya no puede intercambiar oxígeno de manera adecuada”.
Lo peor, advierte Mawyim, es que “esta nueva condición en el paciente se vuelve completamente irreversible”.
Pero ¿cómo enfrentar esta situación? Actuando a tiempo y con las medidas médicas correspondientes, advierte el galeno. “El paciente debe tener una ventilación correcta y frecuentemente hacer terapias respiratorias que incluyan el uso de nebulizadores y broncodilatadores, para evitar que el tejido se siga inflamando y se siga cicatrizando”.
Agrega que también hay afectaciones neurológicas y están más propensos a tener eventos cerebrovasculares. “Y hay quienes desarrollan cuadros de hipertensión arterial, arritmia o sufren la inflamación del músculo cardíaco”, precisa.