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Personal de la Policía y Fuerzas Armadas acudieron al sitio del suceso y alrededores.Luis Cheme / EXTRA

Atentado con explosivo en balneario de Esmeraldas

En el hecho, perpetrado en Las Palmas, no hubo heridos, pero sí daños materiales. La Policía Nacional busca identificar a los criminales.

Carlos Caicedo y su familia habían ido a comer en un restaurante del balneario Las Palmas, norte de Esmeraldas, cuando escucharon un fuerte estruendo que hizo vibrar las paredes y ventanas.

El miedo y la desesperación hicieron que dejaran sus platos a medias, pero no fueron los únicos, porque en cuestión de segundos todos los negocios de este popular balneario habían cerrado sus puertas.

El estallido fue reportado a las 22:00 del domingo 26 de febrero y, según las primeras pericias, fue ocasionado intencionalmente con un artefacto de fabricación casera.

El blanco fue una casa de la ciudadela Las Palmas, en la calle Luis Tello, entre Bastidas y Valdez, a cuatro cuadras de la unidad policial del sector y cerca del bloque familiar de la Armada del Ecuador. Los propietarios de la vivienda no se encontraban en el lugar. A causa de la onda expansiva, en otros inmuebles hubo cristales rotos.

María Cagua también estuvo en Las Palmas a la hora de la explosión. Recuerda que el estruendo fue tan fuerte que pensaron que había estallado una cocina de gas en algún restaurante. “Los esmeraldeños vivimos en miedo constante”, lamentó.

Aprovechando de las vacaciones escolares en el régimen Costa, Luis Manzano también se encontraba en el Malecón Escénico de Las Palmas con sus dos hijos. Recuerda que “en las expresiones de la gente se podía ver el terror”. 

Extorsión ‘a la carta’

Por versiones de los moradores, el explosivo casero fue lanzado por dos sujetos que se movilizaban en una moto.

La policía tiene en su poder los vídeos de las cámaras de seguridad y se encuentran realizando tareas de identificación.

La hipótesis oficial es que se trataría de una amenaza extorsiva por el cobro de ‘vacunas’.

“El hecho fue muy bien pensado, sabían que no había nadie en la casa, la intención de ellos no era hacerle daño a las personas, sino amenazarlas para exigirles algún tipo de pago”, aseguró el mayor Marco Paredes, quien estuvo a cargo del operativo.

En Esmeraldas, según cifras oficiales, al menos 7 de cada 10 negocios no abren en las tardes y noches por temor a la delincuencia y extorsiones.

Esta explosión ocurre justo cuando el balneario empezaba a reactivarse. La gente le huía a la violencia en el sector.