El asesinato del fiscal Marcelo Vásconez responde a una venganza de grupos delictivos y terroristas, según la Policía. En las horas previas al crimen, el funcionario participó de audiencias donde se acusaba a integrantes de grupos delictivos. Incluso en uno de los casos se esperaba la resolución del juez, explicó Renán Miller, comandante policial de Manabí-Santo Domingo.

El oficial agregó que Vásconez fue sorprendido a tiros cuando se retiraba de la Fiscalía de Manta, luego de cumplir sus actividades, la tarde de este 25 de octubre. Le acompañaba su custodio, el policía Ismael Moreno Quille.

Ambos iban a subirse a un vehículo Ford Explorer con blindaje, propiedad del funcionario. Al menos cuatro sujetos participaron del ataque: tres pistoleros y un hombre que esperaba en un vehículo blanco que posteriormente fue quemado en el barrio El Porvenir, a unos tres minutos de la escena.

Los vecinos de la zona indicaron que la ráfaga de tiros provocó susto y terror. “Nos tocó bajar las puertas, nos tiramos al suelo. Fue algo terrible lo que sucedió aquí”, reveló un lugareño que prefirió el anonimato.

En la escena, según la policía, hubo un cruce de balas entre los uniformados que resguardan el edificio fiscal y los pistoleros. Por ello se revisó en casas de salud la existencia de algún herido.

La mañana de ayer, los familiares de Vásconez llegaron al Centro Forense de Manta, pero prefirieron no dar declaraciones. Se conoció que el cadáver del fiscal iba a ser trasladado hacia su natal Riobamba, en Chimborazo, para las honras fúnebres y actos religiosos.

La víctima llevaba más de 18 años en la Fiscalía General del Estado, cumpliendo funciones en Manabí. Inicialmente laboró en el cantón Pedernales y luego pasó a Manta, donde ya tenía una década. El funcionario tenía 45 años y era el fiscal de Delincuencia Organizada Transnacional e Internacional (Fedoti), donde se indagan casos de narcotráfico y muertes violentas.

Además investigó los asesinatos de Agustín Intriago, exalcalde de Manta (julio 2023), y de la fiscal Luz Marina Delgado y su secretario Jonathan Mendoza (mayo 2022). Por el primer caso hubo seis detenidos y sentenciados a 34 años de prisión; por el segundo, tres mujeres fueron condenadas a 34 años de cárcel, bajo la figura de coautoras.

Ismael Moreno Quille tenía 21 años y hace siete meses se había graduado en la Escuela de Formación Policial en Quito. Emerson Luna, jefe policial del Distrito Manta, indicó que Moreno era especializado en protección de víctimas y por ello fue asignado como custodio del fiscal Vásconez.

Su madre, Nelly Quille, y su padrastro, Fabricio Capa, llegaron al Centro Forense. La mujer lloraba amargamente y fue consolada por el jefe Luna.

Lea también: Negro Willy y su hermano: La vida de lujo que tenían Los Tiguerones detenidos en España

“Él siempre soñó con ser policía. Primero fue guardia de seguridad y luego se preparó. Él luchó por ese sueño, salió adelante pese a las adversidades y pudo formar parte de la Policía Nacional. Su mamá está destrozada, nos ha golpeado horriblemente todo esto”, manifestó el padrastro.

Ismael era oriundo de la comunidad Ganaderos Orenses del cantón San Miguel de Los Bancos, en Pichincha. Allá, en su momento ayudaba a sus padres en un emprendimiento de venta de empanadas.

“Lo vamos a sepultar el lunes (28 de octubre). Familiares viajarán de otros lugares y por eso esperaremos hasta ese día. Hay un dolor profundo en nuestros corazones. Era el único varón que teníamos, ahora solo nos queda nuestra hija”, finalizó Capa.

¿Quieres acceder a todo el contenido de calidad sin límites? ¡SUSCRÍBETE AQUÍ!