Se camuflan entre indigentes, arman covachas en las quebradas y hasta se trepan como monos a los árboles para esconder la droga.

En las últimas semanas, la Policía del Distrito Quitumbe, en el sur de la capital, concluyó que existen cuatro parques que se están convirtiendo en tierra de disputa para los ‘brujos’, como se conoce a los microtraficantes.

Uno de los más conflictivos es el de la Ciudadela Ibarra. En este espacio, los expendedores esconden la sustancia en los juegos infantiles y ellos se ‘pierden’ entre la gente que ocupa las sillas del parque.

Hace poco, los agentes detuvieron a una mujer con 240 sobres de cocaína y 300 dólares, dinero que presumiblemente sería de la venta del alcaloide. Durante esta semana, en cambio, intervinieron en una gresca, al parecer, entre microtraficantes ecuatorianos y venezolanos.

El general César Zapata, comandante de la capital, indicó que estas peleas serían por la disputa de territorio. “Enviamos a unidades de Antinarcóticos para que investiguen qué bandas están involucradas”.

Migran a vender

En las quebradas que bordean el parque Las Cuadras, otro de los puntos calientes, los ‘brujos’ se han ideado ‘trincheras’ para tapiñar la droga y esconderse cuando son perseguidos por los uniformados.

La capitana Alejandra Carvajal explicó que cada semana realizan operativos junto con los bomberos para quemar estos sitios y que no sean utilizados para fechorías.

La oficial añadió que los ‘brujos’ no son del sector y que migran de barrios como La Ecuatoriana, Chillogallo y Guamaní. “También hemos encontrado objetos robados”.

Carvajal mencionó que los expendedores son astutos porque salen con la cantidad mínima que establece la tabla de droga (10 gramos de marihuana, 2 de pasta de base de cocaína, uno de clorhidrato de cocaína y 0,1 de heroína) para que no les lleven presos, la venden y vuelven por más.

Están asustados

Loide Nisa está amenazada, pero no tiene miedo. Ella quiere luchar para que su barrio vuelva a ser el de antes.

Reside frente al parque Solidaridad, otro de los sitios peligrosos, y menciona que ese lugar se ha convertido en un campo de guerra. Todavía es posible observar las marcas de proyectiles en las ventanas y puertas ocasionadas durante una gresca entre presuntos expendedores de droga en la que hubo un muerto.

Diana Galarza, capitana de Policía del sector, indicó que los sospechosos se trepan a los árboles para esconder la sustancia y así evitan los controles policiales. “También suelen escabullirse entre los pasajes”.

Ante esto, solicitaron al Municipio que ayude con la poda del césped y de los árboles, pero hasta el momento solo se ha hecho lo primero. La oficial comentó que este parque se vuelve peligroso a partir de las 19:00. “Vienen pandillas a disputarse el territorio”.