Las complicaciones por los apagones a nivel nacional no solo se evidencian en los negocios o en los trabajadores. A veces se trata de vida o muerte.

Galo Toapanta, comunicador y artesano, cuida a su madre enferma con derrame pleural desde hace varias semanas. “Además de que no le atendieron en el IESS, tampoco tiene acceso al oxígeno que necesita”, reclamó.

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La mujer necesita de oxígeno por lo menos durante un mes seguido para recuperar su capacidad pulmonar luego de una intervención. “Le drenaron líquido de los pulmones y eso ocasionó que uno de ellos se haga más pequeño”, relató Galo.

Con los apagones, que se iniciaron el lunes 23 de septiembre, la situación es más compleja, pues le ha tocado alquilar un tanque de oxígeno. “El más barato que encontré cuesta 60 dólares, la recarga 40 más. Eso le dura menos de un día”, explicó.

La desinformación y la no aplicación de los horarios publicados tiene en vilo a esta familia. “Uno como cuidador no sabe a qué atenerse. También cuido a mi padre que necesita diálisis”, agregó.

El día de Galo transcurre entre exámenes, doctores, limpieza de la casa, preparación de alimentos. “Mi madre necesita dieta especial. Eso implica alimentos frescos”.

Eso quiere decir que si debe descongelar alguna carne debe ser en el microondas y no al ambiente, por la contaminación cruzada. Todo esto se agrava porque al ser cuidador no puede trabajar. “Hago artesanías, reparo cosas, hago algo de albañilería y carpintería. No puedo ausentarme de casa por mucho tiempo”, comentó.

A pesar de que el Ministerio de Salud Pública emitió un comunicado en el que explica que se han establecido planes de contingencia que incluyen el uso de generadores eléctricos para los establecimientos de salud, eso no beneficia a quienes necesitan cuidados en casa.

Antonio Naranjo, ministro de Salud, dijo en una entrevista radial que los pacientes que ocupen concentradores de oxígeno “es necesario que posean generadores a diésel”.

“No son hospitalizaciones en casa, pero sí dependen del oxígeno”, dijo Cora Hervás, refiriéndose a su padre y a su abuelo. Ambos tienen problemas pulmonares.

Ellos sí accedieron a la atención del IESS y al suministro de oxígeno que proporciona, pero no es como cambiar el tanque de gas. “Que hagan la reposición toma por lo menos tres días. Tampoco se puede usar el oxígeno hasta el final del tanque”, expresó Cora.

Su padre, de 80 años, sufre de fibrosis pulmonar, una condición degenerativa que lo ata al oxígeno. A su abuelo, con 92 años, la edad ha hecho que le cueste cada vez más respirar.

El problema para esta familia es no saber a qué hora se va la luz para organizarse. Pues podrían trasladar a ambos a barrios distintos donde reside la familia para sobrellevar los apagones.

Comprar o alquilar tanques de oxígeno tampoco es opción para la familia, puesto que no duran mucho. “Son básicamente para llevarlos al médico o salir un rato, pero los cortes son largos y varios al día”, explicó Cora.

Para Galo, una solución sería que se establezca un programa de acceso a oxígeno para este tipo de pacientes. “Que sea público y sin mayores complicaciones. Estas condiciones no esperan”, aseveró.

Cora buscó la posibilidad de ingresar a sus familiares en una opción que escuchó. “En la Empresa Eléctrica había la posibilidad de hacer el papeleo para que en las casas o sectores de personas electrodependientes no haya cortes de luz”, explicó.

Sin embargo, no encontró la opción. EXTRA solicitó información a la Empresa Eléctrica Quito sobre esta posibilidad, pero hasta el cierre de esta edición no hubo respuesta.

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