Apocas horas para el lunes 23 de septiembre, cuando se anunció un nuevo corte de luz nacional a partir de las 22:00, las autoridades aún no han proporcionado los horarios necesarios para que ciudadanos y comercios puedan planificar sus actividades.

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Esta situación recuerda lo ocurrido el miércoles pasado, cuando se esperaba un apagón de ocho horas, de 22:00 a 06:00. Sin embargo, horas antes, el ministro de Energía y Minas, Antonio Goncalves, aclaró que no se trataría de un corte continuo, sino de interrupciones programadas de entre dos y cuatro horas, dependiendo de la zona. La falta de información en ese momento llevó a muchos comercios a ajustar sus horarios o cerrar anticipadamente.

El Ejecutivo, que ya había implementado cortes de luz entre el miércoles y el jueves pasados, anunció nuevos apagones a partir de este lunes. Sin embargo, tras la decisión del Comité de Operaciones de Emergencia (COE), los racionamientos se adelantaron.

La noche del sábado, se informó que este domingo se suspendería el servicio eléctrico en 12 de las 24 provincias del país durante nueve horas, debido a la escasez de generación en las principales centrales hidroeléctricas, afectadas por la sequía.

El COE, reunido de emergencia en Cuenca, decidió interrumpir el servicio en zonas específicas para proteger los recursos hídricos del país. No obstante, sobre los cortes nocturnos que, según el Gobierno, se extenderían desde el lunes 23 hasta el jueves 26, aún no se conocen los horarios exactos ni se ha aclarado si habrá toque de queda. Además, los enlaces de consulta generados el 18 de septiembre no están funcionando.

El pasado viernes, el Gobierno pidió al sector privado que activara sus generadores de electricidad para mitigar la crisis, ya que su aporte podría alcanzar alrededor de 300 megavatios.

Más de dos tercios de la matriz eléctrica de Ecuador provienen de fuentes hidroeléctricas, destacando las centrales Coca-Codo-Sinclair, la más grande con una capacidad de 1.500 megavatios, y la planta del río Paute, que genera aproximadamente 1.000 megavatios y que ha sido especialmente afectada por la sequía.

Según estimaciones del Ministerio de Energía y Minas, cada hora de racionamiento eléctrico podría provocar pérdidas de unos 12 millones de dólares en el país.

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