El sospechoso de disparar al subjefe del distrito policial de Samborondón, el mayor Cristian Santiago Granizo Pumagualli, y a su conductor, el cabo primero Cristian Mauricio Enríquez Tigselema registra un amplio historial delictivo por delitos como hurto, tráfico de sustancias de droga y tenencia de armas, incluso poseía una boleta de captura.

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El presunto sicario identificado como Dalember Eduardo Lara Romero, de 27 años, fue detenido seis horas después de la muerte de los dos uniformados, ocurrido en la parroquia Tarifa, de Samborondón. Su captura se registró en una casa de la ciudadela Huancavilca Norte, de Guayaquil.

Minutos después, el hombre que, presuntamente, proporcionó las armas para que se perpetrara este hecho de sangre, Franklin Antonio Chávez Valverde, fue aprehendido en una vivienda de La Joya (Daule).

El coronel Fabary Montalvo, comandante de la Zona 8, explicó que en el carro, que estaba parqueado afuera de la casa del presunto gatillero y el cual fue utilizado para el crimen, halló una granada y varios documentos. Mientras que en la casa del otro sospechoso, 10 armas de fuego, dos granadas y una serie de indicios vinculantes al hecho.

Sostuvo que las causas del crimen de los dos policías se encuentran en investigación, pero que podría tratarse de una venganza por la “buena labor que realizaba el mayor”.

Respecto a la información que circula en redes sociales, en la que el oficial asesinado y otros policías aparecen en una lista que los involucran con hechos delictivos, afirmó que es una información que no tiene sustento y que el mayor Granizo no era investigado por algún tipo de delito, ni tenía faltas disciplinarias.

“Hace dos años salió una información que lo señalaba en una situación ilegal, pero eso no tiene sustento. Supuestamente, fue hecha por una unidad especial, pero no fue una investigación, fue algo que todo el mundo tuvo conocimiento. Con respecto a los detenidos, son solo las personas que realizaron el trabajo”, afirmó.

Otra fuente policial reveló que Lara Romero llegó a la escena del crimen en una motocicleta y que huye en el mismo vehículo. Sin embargo, en el camino se despojó de la camisa que llevaba puesta y de la placa del carro, las cuales fueron halladas envueltas en fundas para basura, en la avenida Carlos Julio Arosemena, en el norte porteño. 

Tras la autopsia, los cuerpos de los dos policías fueron velados en la capilla del Cuartel Modelo de Guayaquil, donde además recibieron un homenaje por parte de sus compañeros.

Los restos de Granizo, de 41 años, fueron llevados a su natal Riobamba para ser sepultados. El cuerpo de Enríquez (37), a Quito, su ciudad de origen.

En el lugar donde acabaron con los uniformados y también resultó herido un vendedor, se recogieron 26 indicios balísticos, calibre 9 milímetro. En lo que va del año en la Zona 8 han asesinado a 11 policías, durante todo el 2022 mataron a 12.

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