Un hombre llega a su vivienda en la ciudadela Los Geranios, al norte de Guayaquil, pero antes de ingresar a su morada se acerca a la gruta, hace una reverencia, se persigna y se retira. En el altar no está una figura de Cristo, sino la calavérica estatua de la Santa Muerte.

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En el sector de la Martha de Roldós se ha erigido un sagrario en el que los devotos encienden velas e inciensos, depositan ofrendas de frutas, licores y dinero, y nuevamente es la imagen de la Muerte la que ocupa el lugar de privilegio, que alguna vez fue de una Virgen.

En ambos casos, los vecinos se niegan a hablar de cuándo o quiénes reemplazaron las imágenes divinas con las estatuas de la ‘Calaca’, catalogada por muchos como patrona de las narcobandas y grupos de delincuencia organizada.

Cuando un equipo de EXTRA se acercó para realizar un registro fotográfico de la gruta de la Martha, desde una vivienda cercana una voz indicó: “Tienes que pedirme permiso para hacer un reportaje” e inmediatamente una motocicleta empezó a rondar la peatonal.

En un video publicado en redes sociales el 3 de diciembre por sujetos que se identificaban como parte de la banda Chone Killers, en el que amenazan de muerte a un jefe policial, también se observa una imagen con una vela encendida. “¡Mira a la Santa Muerte chu... madre!”, dice uno de los criminales, armado con un fusil de asalto.

En el caso de un cuádruple asesinato reportado la madrugada del 4 de diciembre en el recinto El Banco, en el cantón Mocache, provincia de Los Ríos, una de las víctimas pudo ser identificada por un tatuaje de la Santa Muerte en uno de sus brazos. Estas personas estarían ligadas a un grupo de delincuencia organizada.

Estos son algunos ejemplos de cómo la Santa Muerte con su credo dentro de los grupos criminales ha permeado en la sociedad ecuatoriana, y la presencia de su imagen en los vecindarios es sinónimo de peligro.

En el Cementerio Patrimonial de Guayaquil, en el centro de la ciudad, existe también un altar dedicado a la muerte y las “ánimas (almas) que cuidan, escuchan y conceden peticiones”.

Este está ubicado en la parte alta del cerro El Carmen, en una zona de difícil acceso, sin caminos pavimentados. Quienes llegan al lugar no lo hacen por accidente.

En el sitio existen vestigios de rituales esotéricos, tales como prendas de vestir, frascos con líquidos de diferentes colores y olores, y montes a medio quemar, que son parte de las ceremonias de veneración a los muertos y que no tienen nada que ver con la cultura narcodelictiva.

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Durante el recorrido de EXTRA por este accidentado lugar, se pudo observar y escuchar a personas que encendían velas y aceites, fumaban habanos y recitaban palabras inentendibles frente a las tumbas. En el sitio no existe ningún guardia que cuide a los visitantes.

Pablo Saeteros, médico general, practicante de ciencias ocultas y propietario del Centro Esotérico Santa Muerte, explicó que nada de esto tiene en realidad relación con la veneración a la imagen de la Santa Muerte.

Afirmó también que la idea de que es la protectora de los criminales está totalmente equivocada, pues “es un espíritu de luz que nos ayuda en todas nuestras necesidades. Se la ha satanizado diciendo que se la usa para el narcotráfico, cuando no es así. Ella vela por nosotros a la hora de la muerte para llevarnos ante Dios en el cielo. No tiene nada que ver con cosas oscuras”.

El motivo para que se la relacione con grupos criminales es que existen cárteles, como el de Jalisco Nueva Generación, cuyos miembros son devotos a la imagen, pero esto no la convierte en algo maligno. Porque, por ejemplo, el hecho de que un delincuente crea en Jesucristo no vuelve al hijo de Dios un ser malvado, comparó.

Pablo Saeteros, experto en ciencias ocultas, explicó que los devotos a la Santa Muerte le pueden pedir todo tipo de favores, pero a cambio tienen que darle un impuesto. “Lo que se le ofrece es lo que nace del corazón. Entre las cosas que más le ofrecen están las velas, las frutas y los licores. Yo, por ejemplo, tengo cuatro altares y los tengo con sus velones de diferentes colores y su botella de tequila”.

Detalló que incluso cuando los narcotraficantes le piden su favor para que las autoridades no los capturen ni decomisen sus cargamentos, con el dinero que ganan van a pequeños pueblos, hacen obras y actos benéficos. “Ella (la Muerte) es un ser benévolo, pero si la empiezan a utilizar para el mal, para matar gente, a los pocos días los muertos son ellos”.

Los vecinos de los sectores donde se han levantado los altares a la Santa Muerte han mostrado su malestar por la presencia de la imagen, pues muchos la consideran diabólica y por ello piden la intervención de la Policía Nacional para retirarlas del sitio.

Sin embargo, el coronel Roberto Santamaría, jefe del distrito Pascuales, al cual pertenece la ciudadela Los Geranios, donde hay una de estas figuras, confirmó que nada pueden hacer al respecto, pues  “no es un delito ni una contravención. En el parque de Socio Vivienda, por ejemplo, hay imágenes de Los Tiguerones, en Ciudad Victoria hay imágenes de Los Aguilas y Los Fatales y tampoco podemos hacer nada, porque no se está cometiendo ningún ilícito”, argumentó.

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