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Dos niños fallecen ahogados en el trasvase de Santa Elena
Tres menores cayeron al conducto, uno logró sobrevivir.
Maria Chimbolema, oriunda de Riobamba, lloraba al pie de los cadáveres de sus dos hijos: Jefferson Paúl de 12 años y Joffre Vladimir de 10. Ambos perecieron ahogados en el canal del transvase ubicado a 500 metros de la comuna El Azúcar, en la zona sur de la provincia de Santa Elena.
Esta comuna se encontraba en medio de los festejos de la Virgen del Quinche, por eso los Pilco Chimbolema, quienes laboran en un pequeño negocio de víveres, esperaban tener buenas ventas de sus productos, pero resultó ser el día más amargo de sus vidas.
“Nunca nos imaginamos esto, en pocos minutos hemos perdido lo más preciado que teníamos, es un dolor desgarrador lo que ahora sentimos”, dijo María.
Un mes de llegados
Los niños tenían apenas un mes de haber llegado a la comuna peninsular y lo hicieron por pedido de sus padres que ya estaban radicados allí desde algún tiempo.
Además, todo coincidía de buena manera porque Jefferson Paúl cumpliría 13 años el 20 de diciembre y la idea era pasar juntos.
La desgracia
Los fallecidos salieron junto con un primo por las afueras del pueblo y aprovechando el intenso sol y el calor que hacía, se acercaron con la intensión de bañarse. El plan parecía perfecto y refrescante.
Ya cuando se aproximaron, Joffre se cayó; rápidamente su hermano Jefferson se lanzó con la intensión de salvarlo, pero los dos se hundieron porque no sabían nadar.
El pariente que andaba con ellos también se echó al agua para ayudarlos, pero al ver que la corriente los arrastraba logró sujetarse de una manguera que utilizan los agricultores y al menos así, él se logró salvar.
Los cuerpos de los dos niños siguieron avanzando por el trasvase. María Bermeo caminaba por el lugar y encontró al chico que estaba agarrado del tubo llorando. Le prestó ayuda y corrió hacia el pueblo a dar aviso del terrible suceso.
“Con más personas se rescató los cuerpecitos de los otros dos niños y aunque se les trató de dar respiración boca a boca, fue imposible revivirlos”, dijo la joven .
Los dos cadáveres fueron llevados hasta la tienda propiedad de los padres de familia que tenían intención de festejar un cumpleaños y no organizar un sepelio.
“El pueblo está de luto y aunque estos niños no hayan nacido aquí, sus padres laboran desde hace un buen tiempo y los queremos como si fueran de nuestra comuna”, comentó el nativo Luis Gonzabay.