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Drama

Presenta una malnutrición, producto del ayuno obligado por la falta de comida.Romina Almeida/Extra

Adulta mayor fue atropellada dos veces y necesita de tu ayuda

Los arrollamientos que ha sufrido la han dejado en una silla de ruedas. No tiene hijos ni pareja que la cuide. Requiere de asistencia médica y alimentos. Si deseas ayudarla, comunícate al 0987083222.

A María Jesús Núñez Rodríguez, de 70 años, le duele su cuerpo y también su alma. La parte física se debe a los dos atropellamientos que ha sufrido en un solo año. El primero fue hace once meses, un carro la mandó ‘chispeada’, manifiesta la septuagenaria.

Y hace cuatro meses fue víctima de un segundo percance; un conductor de triciclo de su zona, Bastión Popular, noroeste de Guayaquil, la arrolló. Desde entonces anda en una vieja y oxidada silla de ruedas, con la cual se moviliza con gran dificultad.

María no tuvo descendencia ni pareja, no hay quién la cuide; de no ser por un buen samaritano, Luis Peralta, quien ‘camella’ y vive en el sector.

Con solo verla se puede constatar una malnutrición, la cual ella misma confirma. “Hay días en los que no como. A veces estoy a punta de agua y por allí una frutita. Y los fines de semana que él (Luis) me trae la comida”, confiesa.

Pese a sus pesares, la mujer confiesa que no padece de enfermedades como diabetes ni hipertensión; sin embargo, dice que en ocasiones le duele la frente y los brazos, productos de sus caídas por los accidentes de tránsito que ha sufrido.

“Fui a un centro de salud, pero solo me dieron paracetamol. Necesito que me revisen, pues no sé cómo estaré por dentro”.

Las venas de María sangraron debido a un golpe que sufrió.Romina Almeida/Extra

Un problema de várices la aqueja hace más de tres años, pero ahora se ha agudizado esta afección. Debido a un golpe sus piernas sangraron (varicorragia) y están cicatrizándose, pero desconoce su estado, pues sus vendajes no han sido cambiados.

La guayaquileña señala que no recibe el bono, ni tampoco tiene carnet de discapacidad, asevera que vive de la caridad de unos amigos y unos pocos familiares.

Su dolor al alma es la soledad en la que habita y eso la hace llorar, pues asegura que cuando estaba ‘buena’ todos la buscaban ahora nadie asoma.

Asimismo, dice que una vecina le quitó lo poquito que tenía, un dinerito que le regalaron ($ 50), unas fundas de su ropa y la maltrató. Supuestamente la sacó de su casa con engaños y la retuvo en su vivienda en malas condiciones.  

Si deseas ayudar a la adulta mayor, comunícate al 0987083222.