Exclusivo
Actualidad
Actitud sospechosa: ¡Una señal de doble filo!
Los policías afirman que el "olfato delictivo" les permite capturar a trangresores de la ley, algo que no siempre funciona. Un joven denunció su caso
El comportamiento inusual de ciertos individuos puede ser un empujón para que la Policía identifique y detenga a delincuentes peligrosos.
Sin embargo, esta acción también puede ser un arma de doble filo para el agente, si el ‘sospechoso’ no está cometiendo ninguna infracción o delito.
Eso le habría sucedido a David (nombre protegido), quien todavía se recupera de los golpes que al parecer le propinó recientemente un uniformado, en Quito.
El joven, de 18 años, contó que el 28 de marzo de 2021, él y otro amigo esperaban afuera de un local de venta de celulares, cuando de pronto se acercaron tres agentes motorizados y les pidieron sus documentos. Luego los pusieron contra la pared supuestamente sin explicarles las razones de la revisión.
David asegura que uno de los gendarmes lo arrojó al suelo, lo pateó por varias ocasiones e incluso le habría discriminado por su color de piel.
Luego de varios días, él y su familia fueron hasta la Fiscalía para denunciar a los uniformados por racismo y abuso policial.
Prejuicios que dañan
Daniel Pontón, decano del Centro de Seguridad y Defensa del Instituto de Altos Estudios Nacionales, mencionó que esta problemática surge cuando se distorsiona la relación entre comunidad y Policía.
Es decir, explica el académico, los mecanismos o parámetros para definir a un sospechoso se ven marcados por una estigmatización social. “Vivimos en una sociedad racista donde un pobre, un joven o un afrodescendiente suelen ser víctimas de agresión”, acota.
El experto en seguridad añadió que la formación de un policía debe ser más integral porque, a su criterio, los agentes son un “coctel de prejuicios” que por estigmatizar a la gente pueden levantar falsos perfiles de delincuentes, como habría ocurrido con David y su amigo.
Para contrarrestar esta situación, Pontón señaló que la institución policial debe capacitar constantemente al personal en temas de Derechos Humanos.
Cuando sí funciona
La madrugada de ayer, agentes del Distrito La Delicia, en el norte de la capital, vieron a dos sujetos con “actitud sospechosa” circulando en un auto.
Jimmy Viteri, comandante del distrito, explicó que los agentes se percataron de este tipo de conducta cuando vieron a los individuos nerviosos, que en ciertos tramos viajaban con las luces apagadas y que se cubrían el rostro.
Luego les llamaron la atención para que detuvieran la marcha. Ellos no hicieron caso y se inició una persecución. Según el informe, cuando les cerraron el paso con los patrulleros, el conductor le dio un arma al copiloto, quien apuntó con la misma a los policías.
Estos se alejaron un poco y luego de percatarse que la pistola era falsa los detuvieron.
Otras realidades
Viteri aclaró que, como policías, estos deben desarrollar un ‘olfato delictivo’ para determinar si alguna persona está al margen de la ley y de acuerdo a eso acoplar su conducta.
El sábado 3 de abril, por ejemplo, se enfrentaron a dos hombres que no quisieron cumplir con el toque de queda y estaban bebiendo licor dentro de un vehículo. Cuando los agentes les pidieron que se retiraran, estos no hicieron caso. Se bajaron del automóvil y atacaron a los gendarmes.
En este caso, el coronel indicó que ambas personas no eran una amenaza hasta que agredieron a los ‘polis’.
Para Pontón, esta realidad devela otra problemática: que la Policía no solo es un ente que vigila, sino es vigilado. Esto provoca que algunos uniformados desistan de ciertas acciones para no ser grabados y viralizados en las redes.