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Crónica
¡Achachay, arrópame! Ecuatorianos sobrevivieron al intenso frío de Texas
En este estado de EE. UU., que fue declarado en emergencia, murieron unas 30 personas. Con edredones, tequila y más 'frentearon' al duro clima
Ver la nieve alegró a Alexandra de Román, quien reside en Estados Unidos hace cinco años, junto con sus dos hijos y esposo. Pero con el pasar de los días, esas nevadas la congelarían de miedo e incertidumbre.
La quiteña, de 42 años, fue una de las damnificadas de Texas, el estado más afectado por el frío ártico que sufrió este país el mes pasado. Padeció un corte eléctrico y por ende no contó con calefacción y se quedó sin agua potable. Recibió ayuda de una iglesia cercana.
“La nieve congeló el asfalto, los carros no podían entrar para abastecernos de comida. Por el corte de luz, botamos la comida que se dañaba. Estuvimos a punta de enlatados”, recuerda. Estaba ‘paniqueada’ y como no tenía Internet no sabía lo que realmente estaba pasando ni cuándo finalizaría el temporal.
Ella y su familia se ponían toda la ropa posible encima y se envolvían con edredones, pero aun así el frío ‘martillaba’ sus huesos. Cuando no resistieron más, una amiga los invitó a guarecerse en su casa con electricidad, pero a los dos días se reventaron sus tuberías y retornaron a su hogar.
“Nos desesperamos tanto que agarramos aire caliente del auto. Fue poco tiempo porque sabemos que el monóxido de carbono es peligroso”.
Salario se hizo agua…
Desde el 19 de febrero cuenta con los servicios básicos en su domicilio, pero su ingreso económico se vio afectado. “Trabajo de cajera en una lavandería. Laboraba de 40 a 45 horas a la semana, pero me redujeron la jornada y el salario. Gano menos de la mitad, pues ahora trabajo 20 horas. Recibía un cheque semanal de mil dólares, hoy gano 300”, cuenta Alexandra, quien también se metía un billetito extra con varios ‘cachuelos’, que ahora se han ‘diluido’.
Nueva York está preparado, Texas no
El compatriota José Paredes vive en la ‘Yoni’ desde 2002. Residía en Nueva York, pero hace cuatro años se mudó a Texas con su familia. Afirma que los inviernos en la Gran Manzana son más intensos, pero allá tienen un plan de acción.
“Cuentan con generadores que proveen de energía hasta que se arregle el daño y arman ‘casas’ con calentadores, agua y comida gratis. El apagón dura un día, luego les ‘llueven’ las demandas. Y el departamento de sanidad sale con camiones llenos de sal de mar y emplean un sistema sobre las vías que derrite la nieve”, explica.
Texas es un estado cálido y nunca se pensó que la temperatura bajaría a -7 °C.
Paredes dejó su casa y buscó un lugar para hospedarse, recorrió sin éxito 50 hoteles, muchos de los cuales estaban sin luz. “Volvimos a casa y como tenemos gas prendí la estufa, para calentar agua. El vapor nos dio calor. Igual, usamos la chimenea”.
Pese a la dura experiencia vivida, manifiesta que Dios estuvo con ellos. Un amigo los invitó a su domicilio con electricidad. “Todo iba bien hasta que se fue la luz. Alcanzamos a hacer sopas y bebíamos tequilas para calentarnos. Su camioneta tiene planta eléctrica, que arranca con gas, lo que sirvió para prender el termostato. Así estuvimos tres días. Y como él tiene cuatro hijos, tenía ‘full’ comida”.
A José le gustaría cambiarse a la Florida y vender su casa, pero se detiene porque para ello requiere de un trabajo allá.
Detalles
- Texas es rico en petróleo y gas natural. Es el único estado de EE. UU. que tiene una red energética independiente.
- The Washington Post informó que al menos 30 personas fallecieron en Texas por el intenso invierno.