Aunque esta tradición se volvió viral e incluso tendencia en redes sociales, en donde las chicas les piden a sus novios o envían indirectas diciendo que esperan sus flores amarillas, esta tradición tiene origen en Argentina. Cada 21 de marzo, con la llegada del equinoccio, se ha instalado una particular tradición en dicho país, aunque la misma se ha regado por toda Latinoamérica, incluido Ecuador, en donde cada vez es más popular. 

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Si bien en el hemisferio sur la fecha marca el inicio del otoño, en el hemisferio norte representa la llegada de la primavera. Esta dualidad estacional no impidió que la costumbre tomara fuerza en Argentina, especialmente entre quienes buscan expresar cariño con un detalle especial. Aunque Ecuador no pasa eso, cabe mencionar que de alguna forma, esta tendencia beneficia a la economía, pues La Federación Ecuatoriana de Exportadores (Fedexpor), ha dado a conocer que las ventas de flores naturales alcanzaron 603 millones de dólares entre enero y julio del año pasado, significando ganancias importantes. 

El origen de las flores amarillas

El origen de esta práctica se vincula a la telenovela argentina Floricienta, creada por Cris Morena y emitida entre 2004 y 2005. En la trama, las flores amarillas representaban un símbolo de amor y esperanza, concepto que fue adoptado por los seguidores de la serie, y que simbolizaba la relación que había en los protagonista. Incluso se hizo una canción de aquello. 

En particular, una de las canciones de la telenovela 'Flores amarillas', reforzó esta imagen: "Él la estaba esperando con una flor amarilla, ella lo estaba soñando con la luz en su pupila". Estos versos contribuyeron a la difusión de la idea de que obsequiar flores de este color es una muestra de amor, admiración y amistad.

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