El retorno de las Fuerzas Armadas a la administración de los colegios militares en Ecuador no solo simboliza la recuperación de la disciplina en las aulas, sino una apuesta estratégica por el futuro del país. Según el coronel Wilson Salinas, subsecretario de Apoyo al Desarrollo del Ministerio de Defensa Nacional, este cambio representa una oportunidad invaluable para que los valores fundamentales de la institución –como la disciplina, lealtad, patriotismo y honestidad– se integren a la formación educativa de miles de jóvenes.

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"Es una gran oportunidad para acercarnos a la juventud", afirma Salinas. "Nos debemos a la ciudadanía, y este vínculo con los estudiantes nos permitirá formar generaciones que vivan bajo los valores que definen al ecuatoriano". Además, Salinas recalca que la educación militar no se aparta de las directrices del Ministerio de Educación, sino que se enriquece con un modelo pedagógico que fortalece el liderazgo y el razonamiento lógico, dos competencias clave para que los jóvenes enfrenten los desafíos del mundo moderno.

Salinas subraya que el perfil de salida de los estudiantes seguirá siendo el de "Bachiller en Ciencias", tal como establece el Ministerio de Educación. Sin embargo, el hecho de que estas instituciones estén dirigidas por las Fuerzas Armadas significa que los estudiantes egresarán no solo con conocimientos académicos sólidos, sino también con una formación integral que resalta el honor, la disciplina y la lealtad. 

Estos principios no solo contribuyen a su desarrollo personal, sino que los preparan para ingresar a las escuelas de formación de oficiales y tropas, si así lo desean. "Para aquellos cuya vocación es el servicio a la patria, nuestra educación viabiliza el ingreso a las escuelas militares", añade.

El plan de traspaso de las instituciones educativas militares involucra un total de 26 unidades educativas distribuidas a lo largo del país. En Quito y Guayaquil, las dos principales ciudades, se incluyen 4 colegios en cada una; mientras que en Machala y Latacunga, hay 2 colegios por ciudad. Estos colegios cubren zonas estratégicas y poblaciones claves, permitiendo que el modelo educativo militar llegue a una gran cantidad de jóvenes.

Además, las Fuerzas Armadas pondrán al frente de estas instituciones a especialistas de las tres ramas del Ejército: Terrestre, Naval y Aérea. Estos profesionales no solo están capacitados en las áreas educativas, sino que cuentan con amplia experiencia en administración educativa y liderazgo, lo que garantiza una gestión eficiente y enfocada en la excelencia. "No solo formaremos bachilleres, sino futuros líderes comprometidos con el país", concluye Salinas.

Alberto Vega, ex sargento segundo y padre de tres hijos que han estudiado en colegios militares, respalda el retorno de la gestión militar. "La educación necesita mano firme," comenta Vega. Según él, la disciplina y el respeto, tanto hacia los docentes como entre los alumnos, son las características principales que distinguen a las instituciones militares. Asegura que con el regreso de las Fuerzas Armadas, se restablecerá un nivel de exigencia que había disminuido en los colegios bajo la administración del Ministerio de Educación.

Carlos Cevallos, padre del Liceo Naval Comandante Rafael Andrade Lalama, también destaca el impacto positivo de esta transición. Recuerda que durante el breve período en que el Liceo estuvo bajo la gestión del Ministerio de Educación, la calidad educativa decayó significativamente.

"El uso de textos básicos y la contratación de profesores con estándares más bajos afectaron gravemente el nivel académico," comenta Cevallos. Sin embargo, con el retorno de la Armada y la implementación de textos privados, el colegio ha recuperado su nivel de excelencia. Para Cevallos, uno de los grandes valores añadidos de esta educación es la formación en el respeto a los símbolos patrios, la disciplina y la responsabilidad social.

Este 30 de septiembre iniciaron las clases las instituciones de las Fuerzas Armadas en la región costa.

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