Protagonista en su regreso al once inicial, capitán con máscara para proteger su fracturada nariz, autor del único gol de Francia y generador de la mayor parte del peligro galo, el retorno del enmascarado Kylian Mbappé no alivió las dudas del combinado de Didier Deschamps, que sigue sembrando interrogantes en una Eurocopa donde ha accedido a los octavos de final como segunda de grupo.

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Un rayo de esperanza pareció iluminar a Francia cuando Dembélé provocó un penalti y Mbappé lo convirtió desde los doce pasos. Era el primer rayo de luz en dos semanas grises, marcadas por la dudosa fiabilidad del equipo y una preocupante sensación de supervivencia cimentada más por el talento individual que el colectivo.

La realidad es tozuda: esta Francia necesita algo más que a Mbappé, porque él no puede con todo. El astro francés hizo todo lo que estuvo en sus pies. Generó ocasiones para sus compañeros en la primera mitad, finalizó las propias al inicio de la segunda y se echó el equipo a la espalda para liderar la reacción de una Francia que se había quedado sin brillo en la fase de grupos.

El único que siguió su ritmo fue Dembélé, pero volvió a fallar en la definición. Disfrutó de una clara ocasión en la primera parte que pudo haber abierto el marcador, pero su buen inicio se diluyó en un partido gris donde, de no ser por haber provocado el penalti y por su velocidad y desborde (muchas veces desaprovechados), su actuación habría sido intrascendente.

Convertido en héroe por el penalti transformado, Mbappé añadió una capa más a su capa de salvador y otorgó a Deschamps cierta tranquilidad para realizar cambios inmediatamente después del gol.

Todo hacía pensar que Polonia no podía resucitar, viendo cómo se había desarrollado el partido. Sin embargo, les faltaba malicia en los tres cuartos de campo y confiaban demasiado en el poderío individual de Mbappé.

Y así, en un abrir y cerrar de ojos, lo que parecía imposible se hizo realidad. La pesadilla se hizo carne en Lewandowski, quien convirtió un penalti cometido por Upamecano, un jugador que vuelve a ser protagonista en un momento clave, como ya le ha ocurrido en varias ocasiones esta temporada con el Bayern Múnich.

El polaco falló en su primer intento, pero Maignan se había adelantado y el penalti se repitió. ‘Lewan’ no falló y empañó el regreso de Mbappé, complicando la vida a una Francia que avanzó a octavos de final como segunda del grupo D, por detrás de la sorpresiva Austria.

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