El video de una mujer resguardándose en un negocio y rodeada de agentes metropolitanos de Cayambe, cantón al norte de Quito, ha causado polémica, debido a que pretendían sacar a la comerciante informal a punta de cachetadas y golpes.

“No podíamos intervenir en ese operativo”, comentó una trabajadora del local en el que se dio ese ataque y que ha sido criticado en redes sociales. El hecho expuso una problemática: el trabajo informal en la vía pública de Cayambe.

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El lío empezó en la calle Bolívar cuando los metropolitanos instaron a que los comerciantes ambulantes se retiraran. “La señora es de Chibuleo (Tungurahua) y estaba ubicando a sus parientes en otros puntos”, comentó un agente. La mujer vendía ropa en esa vía sin permisos, por lo que fue retirada a la fuerza.

Pero la calle Bolívar no es la única a la que llegan “los ambulantes”, como se los conoce en ese cantón. Un punto de congregación está alrededor del mercado central. Alrededor del edificio de abastos, donde un sinnúmero de vendedores ofrecen limones, cebollas, verduras y más.

Según el uniformado que habló con EXTRA, solo en esa zona hay un aproximado de 200 personas cuyo trabajo riñe con el comercio formal dentro del mercado. Por eso, los controles son frecuentes, pero esto se convierte en un juego del ‘gato y el ratón’.

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¿Por qué se da este fenómeno? La respuesta está en Juan Montalvo, una lejana parroquia donde la informalidad también ha encontrado su nicho. Allí está el mercado al que llegan cada viernes los vendedores legales a levantar sus puestos.

Afuera, asimismo, se asientan los ambulantes con diversidad de productos. “Yo he venido a trabajar hace más de 15 años. No me voy adentro (al mercado) porque la gente no entra y no compra”, cuenta María, una informal que ofrece habas, mellocos y demás.

Y mientras sigan las ventas en la calle, la gente ya no ingresará, según Rosa Cabascango, miembro de la Asociación de Vendedores Agropecuarios 5 de Octubre. “Nosotros tenemos este problema y ya hemos conversado con los señores (informales) para que entren y vendan acá, pero no quieren. Ellos no pagan impuestos ni nada y nosotros sí, por eso prefieren estar en la calle”.

Cabascango aseguró que la única alternativa que tienen es que desde el Municipio de Cayambe se realicen los controles con los metropolitanos. Si bien es una solución momentánea, al menos así pueden vender para conseguir un sustento.

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