Escoltado por tanquetas y equipado con chaleco antibalas y casco militar, el presidente de la República, Daniel Noboa, llegó a Durán el 17 de julio. Su objetivo era liderar un nuevo esfuerzo de las autoridades para enfrentar la inseguridad y la violencia que han convertido a este cantón del Guayas en uno de los lugares más peligrosos del mundo.

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En un breve discurso que apenas duró tres minutos, el jefe de Estado señaló que Durán representa una "cuna del antiguo Ecuador", donde los ciudadanos han sido víctimas de la corrupción que ha sumido a la ciudad en la "oscuridad, marginación y olvido".

"A Durán nunca ha llegado el progreso, nunca ha llegado el desarrollo, nunca le ha llegado un político que se amarre los pantalones y le devuelva la paz a sus ciudadanos", mencionó.

Agregó que "el antiguo Ecuador quiere que Durán siga siendo sede del narcotráfico", pero afirmó que eso terminará y que su visita al cantón es precisamente para "enfrentar esta situación de una vez por todas". También aseguró que los grupos criminales "no la tendrán fácil", reiterando el lema de su Gobierno: "Porque este es el nuevo Ecuador".

Asimismo, Noboa destacó que su Gobierno "arriesga la vida cada día por recuperar la tierra que amamos". Afirmó que su presencia en Durán no será temporal, sino que permanecerán el tiempo necesario para erradicar las mafias.

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Reveló que al llegar le informaron que durante uno de los operativos ejecutados en la madrugada en Durán se desarticuló "una suerte de oficina paralela del Municipio", donde aparentemente se realizaban trámites que facilitaban el tráfico de tierras y negocios ilícitos.

"Tomaremos Durán en nuestras manos y se la devolveremos a sus verdaderos y legítimos dueños, las familias duraneñas", declaró. También advirtió que lo que está por venir será drástico y que "las mafias tienen los días contados". Concluyó su intervención afirmando: "El tiempo de los Glas y de los Muentes ha terminado".

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