Ante la angustia, también hay acciones. En los barrios de Bellavista, Bolaños y González Suárez, los vecinos van de un lado a otro llevando comida o agua. Siempre hay algo que hacer.  En Bellavista se abrió un centro de acopio en una casa barrial, hasta donde ha llegado ropa, víveres y productos de aseo.

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 Yolanda de la Cruz, una de las dirigentes del barrio, contó a EXTRA que, aunque no todos los moradores tuvieron el fuego de frente, casi nadie durmió la noche del martes 24 de septiembre. “Nos unimos para aplacar el incendio. Hicimos cadenas humanas, cargamos agua, sacamos animalitos”, contó Yolanda.

Estas acciones les tomaron por lo menos hasta las tres de la mañana, y al amanecer ya estaban en el centro de acopio recibiendo las donaciones, clasificándolas y canalizándolas tanto para Bellavista como para Bolaños. “En estas circunstancias nos unimos. No podemos dejar solos a los afectados”, agregó.

En la González Suárez no hubo un puesto de donaciones, sino uno de aguas y demás bebidas para los bomberos y policías que continuaban luchando contra el fuego, el cual se reavivó la mañana del 25 de septiembre.

María Luisa Cordero, coordinadora del barrio, contó que se quedó impresionada al ver cómo el sector se llenó de jóvenes dispuestos a ayudar. “Este es un sector principalmente de adultos mayores, pero tuvimos muchos chicos apoyándonos”, explicó.

También se dedicaron a sacar agua de los edificios que estaban frente a las llamas, usando mangueras caseras y baldes. “Realmente ha sido una jornada cansada, pero gratificante porque logramos que las llamas no llegaran a las casas”, relató la dirigente.

En algunos de los inmuebles se vaciaron las piscinas para llevar esa agua hacia las laderas afectadas por el fuego. En La Floresta se activó un albergue temporal para los afectados de Guápulo; allí, a través de redes sociales, se gestionaron meriendas para quienes optaron por refugiarse en el lugar.

En Guápulo, los vecinos se levantaron temprano para colaborar con el Cuerpo de Bomberos de Quito, cargando mangueras y gestionando agua. “Casi no hemos dormido, pero es una emergencia que nos afecta a todos”, comentó José Egas, uno de los vecinos.

Por su parte, Pabel Muñoz, alcalde de Quito, agradeció públicamente a quienes se han hecho presentes, tanto a personas como a empresas privadas. “Hasta el centro de acopio del Patronato se han acercado para dejar sus donaciones”, señaló.

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