Exclusivo
Actualidad
Estudiantes desmayadas en colegio de Shushufindi confesaron haber jugado la ouija
¡De terror! más de 25 alumnas se desmayaron, tuvieron vómitos y hasta convulsiones
Una llamada telefónica hizo temblar a María. Apenas terminaba de desayunar y su día comenzó de la peor manera. Su hija estaba mal y debía ir urgentemente a verla a la escuela.
Eran las 09:00 del 30 de octubre. La mujer tomó su moto y salió de su casa desde el barrio El Refugio, en el extremo sur de Shushufindi, en Sucumbíos, y recorrió 2,5 kilómetros para atestiguar lo aterrador.
La adolescente estaba tirada en el piso, decía que no veía y un hilo de espuma le recorría los labios. Al parecer, la muchacha, de 15 años, fue víctima de un suceso paranormal porque los rumores que se difundieron fue que alguien había jugado la ouija y desató aquel mal momento.
“Esta es la segunda vez que sucede desde que iniciaron clases. Pensamos que había un problema con el aire acondicionado, que estaba mal alimentada, pero todo se descartó”, afirma María. Incluso creyó que consumía drogas, pero un examen toxicológico, al que tuvo acceso EXTRA, salió negativo.
La chica no fue la única que yacía tirada. Poco más de 25 muchachas, en su mayoría de 14 a 16 años, padecieron lo que se suponía era una posesión demoníaca. Incluso un video captó a una de las ‘víctimas’ gritando.
La alumna se retorcía en una silla mientas unos parientes la sostenían. “Suéltame te estoy diciendo. No me vas a llevar”, exclamaba la afectada ante la mirada atónita de sus seres queridos.
Concejal
Los juegos
Las autoridades se contactaron con equipos de los bomberos, del Patronato y del Ministerio de Salud para que llevaran a las afectadas hasta el hospital. Pero en esta ocasión, María decidió cuidar a su hija y se la llevó a su casa.
“Supe que a unas chicas les pusieron unos sueros. Y a otras se las llevaron hasta la iglesia”, cuenta la mujer, quien sigue preocupada por su ser querido.
En el templo católico de Shushufindi, algunas jóvenes fueron socorridas por el sacerdote y exorcista polaco Eugenio Wetta.
Lea también: Ecuador paranormal: La historia del excursionista que desafió a los cucos
Los seis años de experiencia que tiene el religioso para expulsar los espíritus malignos de la gente le han dado jerarquía para decir que este caso no fue tan grave. Sin embargo, no descarta que algo demoníaco sí estuvo en el cuerpo de las chicas.
“Lo denomino amarre diabólico y se diferencia mucho de una posesión”, afirma el sacerdote. En el primero, los síntomas se asemejan a los que tuvieron las alumnas: vómitos, desmayos, dolores de cabeza.
Pero la segunda sí es más seria porque cuando un ser maligno se aloja en el cuerpo, la persona ya no está consciente de sí misma y es el espíritu diabólico el que decide por ella.
“En este caso lo que se hizo fue rezar, calmar a las niñas y darles una bendición. Es algo espiritual, pero también psicológico”, precisa Wetta.
Según el sacerdote, cuando ayudó a las estudiantes, algunas confesaron que habían jugado la ouija, lo que alimentó más aquel rumor que pudo desatar lo ocurrido.
Padre de familia
Decisiones
Ese comentario recorrió entre los padres de familia. No solo María lo escuchó, sino también Kender Paredes, cuyo hijo fue otra víctima de este aparente amarre maligno.
“Si bien a él no lo cogió con tanta fuerza, sí tenía un leve decaimiento. Y sí se habla que se jugó la ouija”, detalla el padre del único muchacho que se ‘enfermó’.
Sin embargo, los rumores fueron más allá al punto de decir que se hallaron huesos en una construcción que se realiza en la institución.
Ante esto, Ortin Vásquez, concejal de Shushufindi, indicó que no hay pruebas de que se haya jugado la ouija, pero sí se hará una investigación dentro de la institución.
“Es algo que nos preocupa como autoridades porque se ha descartado completamente que se trate de algún problema de salud que padezcan las alumnas”, acota el funcionario.
Exorcista
Para precautelar la integridad de los estudiantes se suspendieron las clases, algo que coincidió con el feriado de los Difuntos. Retomar la jornada normal está previsto para el 6 de noviembre; sin embargo no todos están convencidos.
María, por ejemplo, quiere que todo se aclare y que de una vez por todas se defina qué está pasando dentro de la institución. “No hay pruebas de que algo físico haya provocado aquellos síntomas en las muchachas, ahora no queda más que pensar que se trató de algo paranormal”.
Es tal su miedo que ha conversado con su esposo y la decisión será retirarla de la institución. Sin embargo, el padre Wetta hace un llamado ante esto.
“No se trata de alarmar a nadie porque no se trató de una situación tan grave. En lugar de asustar lo que debemos es aconsejar”, finaliza el religioso.