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Madre descubre a su hija jugando con un duende en una casa de Guayaquil

La madre encontró a su pequeña de 2 años frente a frente con la entidad mientras jugaban con unos peluches, en Daule, provincia del Guayas

Enigmas
Angie Rentería asegura que ahora prefiere vigilar a su bebé durante las madrugadas.Adrián Peñaherrera

La vida de Angie Rentería cambió repentinamente cuando perdió su tranquilidad para convertirse en la vigilante nocturna de su bebé de 2 años. Su misión era cuidar y evitar que un supuesto duende se acercara nuevamente a su pequeña hija.

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El nacimiento de su retoño en octubre de 2021 fue el motivo por el cual Angie y su pareja decidieron alquilar una casa en la avenida León Febres Cordero en Daule, provincia del Guayas.

Angie asegura que antes de que su hija cumpliera dos años, no habían experimentado situaciones extrañas que les hicieran creer que había espectros en su domicilio, el cual era de dos pisos y tenía dos dormitorios: uno para Angie y su pareja, y otro para la bebé.

Pero la madrugada del cumpleaños de la niña, alrededor de la 01:00 del domingo 22 de octubre de 2023, Angie escuchó a través de un intercomunicador para vigilar bebés que su pequeña empezó a reír.

Ella escuchó los ruidos porque estaba armando unas fundas de regalo, ya que esa tarde le celebrarían el cumpleaños, y pensó que su hija estaba jugando. Pero al llegar a la puerta del cuarto vio la escena paranormal que la dejó “traumada” hasta ahora.

Me quedé impactada, porque mi hija dormía en una cuna alta con rejas, pero vi que estaba en el piso, casi que debajo de la cuna, jugando con esa cosa rara... ellos estaban sentados frente a frente jugando con unos peluches”, contó.

QUEDÓ TRAUMADA

Según Angie, el espectro tenía una estatura similar a la de su bebé, alrededor de 60 centímetros, piel café oscuro, una sonrisa gigante, y vestía una camisa larga y rasgada con un sombrero grande.

“No podía hablar, hasta que pude gritar para que mi pareja viniera. ‘¡Ayuda!’, grité y ese duende me empezó a mirar mientras sonreía. Luego, esa cosa gateó hacia abajo de la cama sin mirar a mi hija y se fue. Tras esto, aunque mi hija no presentó ningún síntoma raro, no tuvimos cabeza ni para celebrarle la matiné”, narró.

Angie y su pareja decidieron buscar otra casa porque consideraron que su hija corría peligro. Aunque no volvieron a ver un espectro, ella quedó “traumada” y prefiere vigilar a su niña durante las madrugadas.

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