Lanzan piedras, ‘pinchan’ las llantas o insultos a los conductores, son entre algunas de las agresiones que han sufrido quienes decidieron no unirse a la paralización de la transportación urbana y rural en Ambato, provincia de Tungurahua.

En el cuarto día de paralización que sumó este jueves 16 de marzo, los 32 socios de la cooperativa Atahualpa claman a los policías por seguridad. 

“Nos han destruido cuatro unidades los choferes y socios de otras cooperativas porque nos quieren obligar perjudicar al pueblo. Nosotros nos debemos a las comunidades rurales y sino trabajamos, los habitantes no tienen cómo sacar sus productos del campo a la ciudad. Queremos trabajar y pedimos que nos den garantía de seguridad”, expresó Segundo Llanganates, conductor de uno de los buses de la Cooperativa Atahualpa.

Esta cooperativa da servicio en las comunidades de las parroquias rurales de Pilahuín, Juan Benigno Vela, Atahualpa y Quisapincha.

Otro de los conductores Edgar Ocaña, mencionó que le destruyeron el parabrisas del bus que laboraba, pero con ayuda de un grupo de personas de Pilahuín lograron ubicar al responsable quien está con prisión preventiva por daño al bien ajeno.

Segundo Llanganates, agregó que para evitar conflictos toman vías alternas y así cumplir con la ruta desde las comunidades hasta el centro de Ambato.

José Pandi, habitante de Pilahuín, mencionó que el paro también permite que comerciantes y dueños de camionetas se aprovechen porque suben el precio de los productos y el pasaje. Pandi de 65 años de edad, mencionó que pagó 1.50 dólares desde su parroquia hasta el centro de Ambato, cuando normalmente paga 50 centavos ya que goza del beneficio de la tercera edad.

Los transportistas siguen con la medida de hecho y según Manuel Zamora, presidente del gremio, se mantendrán hasta que el Concejo apruebe la tarifa de 40 centavos el costo del pasaje. En la actualidad el pasaje en la zona urbana está a 30 centavos, piden el incremento de 10 centavos; mientras que la Comisión de Tránsito del Concejo de Ambato, les aprueba 5 centavos. La pugna es por 5 centavos que ninguno de los dos lados quiere dar el ‘brazo a torcer’.