Las imágenes en redes sociales no le mintieron a Julia (nombre protegido), una comerciante de la quinta etapa de El Recreo, en Durán: uno de sus clientes había sido baleado en la masacre sucedida en la noche del miércoles 9 de octubre, en la avenida principal del sector, y era parte de la cifra de víctimas mortales.

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“Aquí tengo mi negocio (calle principal de la quinta etapa de El Recreo), pero resido a 10 cuadras. Desde mi hogar se escuchó la balacera, parecían petardos, y ya me imaginaba que habían matado a alguien, pero no tenía ni idea que habían sido tantos. Ahora ya confirmé que sí era mi conocido uno de los que murió”, dijo a EXTRA.

Julia, al decir ‘tantos’ se refiere a las cinco personas que asesinaron y otras siete que aún se encuentran heridas en una casa de salud del cantón ferroviario, luego de la matanza que ocurrió a las 19:30 del miércoles y que aún al mediodía del jueves 10 tenía atemorizados a los moradores.

“Hoy (jueves 10) no se ha visto mucho movimiento, como es usual aquí. Pero hoy, cuando llegué al local, una vecina me mostró el video y enseguida reconocí a mi cliente. De hecho, pensé que lo estaba confundiendo, pero no: era él”, detalla desde la parte interior de la reja de su negocio, pues la inseguridad la ha obligado a ella y a los otros habitantes de ese sector a ‘encerrarse’ por seguridad.

Y sustenta su decisión en la forma en la que sucedió el múltiple crimen: un vehículo Hyundai de color blanco con vidrios polarizados llegó hasta la esquina en la que victimaron a las cinco personas y dispararon contra los que cruzaran por allí.

Según información revelada por la Policía Nacional, el ataque se habría producido como represalia del también quíntuple asesinato sucedido en la segunda etapa de El Recreo en la mañana del martes 8 de octubre. Es decir, la balacera la produjeron integrantes de los Latin Kings a supuestos miembros de los Chone Killers en venganza por lo ocurrido un día antes.

“El miedo está presente todo el tiempo, pero nos sobreponemos porque de algo hay que sobrevivir. Uno nunca sabe en qué momento sale de su casa y termina muerto o herido sin querer. No queda más que pedir a las autoridades y uniformados que, aparte de patrullajes, se endurezcan los controles del toque de queda u operativos”, opina Julia.

Ella considera que el toque de queda es débil y que no se cumple, pues en su lugar de residencia, aún después de las 22:00, la gente camina y sale como si nada sucediera.

Mientras que Hugo (identidad reservada), comerciante que llegó desde hace más de 20 años de la provincia de Chimborazo a este cantón guayasense, sí ha optado por disminuir su stock de mercadería.

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“Tenemos una pequeña tienda de abarrotes, pero está ‘escondida’ porque si ven que se vende hasta nos secuestran. Hace un par de meses secuestraron a un paisano y le pedían 70.000 dólares a la familia y lo encontraron muerto”, dice aterrorizado.

Detalla que de parte de la familia de la víctima se efectuó un pago de 8.000 dólares a los secuestradores; sin embargo, eso tampoco lo salvó. “Creen que uno tiene plata y no se dan cuenta las grandes cantidades de dinero que uno le debe al banco. El negocio es 50 por ciento de uno y 50 por ciento de todos los acreedores a los que uno ha recurrido para hacer crecerlo”.

Otra moradora de la quinta etapa, quien no quiso revelar su nombre, piensa que las rejas que se han puesto en la mayoría de peatonales de su zona no han surtido el efecto deseado en la seguridad. “A estos callejones entra el perro y el gato porque los mismos moradores le dan llaves a todo el mundo”, asegura.

Ella, por su parte, afirma estar “enferma de los nervios” y ni siquiera poder salir de Durán pues su esposo no quiere moverse. “Me toca convivir con la violencia”.

El teniente coronel Roberto Santamaría, quien fue posesionado como jefe del distrito Durán el 9 de octubre, afirma que para reducir las muertes violentas y otros delitos necesitarán de la intervención de las máximas autoridades del cantón y de políticas públicas endurecidas. 

“En el primer día aquí realizamos un operativo en seis distintos sectores. En este detuvimos a 11 personas que serían supuestos Latin Kings y Chone Killers, recuperamos dos vehículos reportados como robados, encontramos armas blancas y hasta objetos relacionados a la narcocultura (muñecos dedicados a cultos de esoterismo)”, detalló el oficial.

En la mañana del jueves 10, en la misma esquina en la que asesinaron a los cinco, no quedaba ni uno de los motorizados que serían colegas de algunas de las víctimas mortales ya que, según residentes, en su mayoría eran personas dedicadas a la transportación en motos lineales.

“En esta ocasión no respetaron ni sus mismos principios de no meterse con la familia o con civiles, la mayoría de las víctimas son personas que no tienen nada que ver”, finalizó Santamaría.

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