La madrugada de este lunes 29 de julio de 2024, la tranquilidad de las calles Sucre y Margarita Cortes, centro de Esmeraldas, se vio brutalmente interrumpida por un nuevo hecho de sangre. Dos hombres fueron víctimas de un hecho sicariato que ha dejado a la comunidad consternada y en estado de alerta.

Las víctimas mortales han sido identificadas como Luis Ignacio González Cuero, de aproximadamente 65 años, y Ricardo Robinson, de 30 años. Luis Ignacio, conocido por todos como “Mayor Pita” o el “Mocho”, era un hombre que, pese a la discapacidad en una de sus extremidades inferiores, trabajaba en el área de higiene del Municipio, dedicando su vida al servicio de la comunidad. Su apodo, el Mocho, hacía referencia a su notable falta de una pierna, pero esto nunca lo detuvo en su labor diaria.

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Por otro lado, Ricardo Robinson era un joven de 30 años que había ganado cierta notoriedad en las redes sociales, especialmente en TikTok, donde compartía contenido que le había conseguido un grupo de seguidores. Sus videos, llenos de humor y creatividad, contrastan ahora con el trágico final que encontró en estas mismas calles.

Eran aproximadamente las 2 de la madrugada cuando se escucharon los disparos que rompieron el silencio nocturno. Vecinos despertaron sobresaltados al oír los múltiples estallidos y, al asomarse a las ventanas, fueron testigos de una escena desgarradora. Luis Ignacio y Ricardo yacían en el suelo, sus cuerpos inmóviles y ensangrentados, víctimas de un ataque meticulosamente planificado.

Testigos aseguran que ambos estaban conversando en la esquina con un grupo de amigos cuando sujetos a bordo de una motocicleta llegaron al sitio y abrieron fuego.

“No puedo creerlo. Luis Ignacio era una persona tan amable y trabajadora. Siempre lo veíamos limpiando las calles, haciendo su trabajo con una sonrisa a pesar de todo”, comenta doña María Meza, una vecina que conocía a Mayor Pita desde hace años.

Un joven vecino, quien prefirió no dar su nombre por temor a represalias, expresó: “Ricardo era un chico alegre. Nos hacía reír con sus videos en TikTok. Nunca imaginamos que algo así le pudiera pasar”.

La Policía Nacional ha iniciado una investigación exhaustiva para esclarecer los hechos. En medio de la tristeza y la rabia, los habitantes de las calles Sucre y Margarita claman por paz y justicia. “No queremos más violencia. Queremos vivir tranquilos y seguros. Exigimos a las autoridades que actúen con firmeza”, enfatiza un líder comunitario.

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