En la vía principal que une a las provincias de Santa Elena con Manabí, la llamada Ruta del Spondylus, entre unos arbustos colindantes con la pared del cerramiento perimetral de un complejo habitacional estaban los cuerpos de tres de los jóvenes desaparecidos en Puerto López, Manabí. La cuarta víctima, una de las mujeres, fue abandonada al otro lado de la vía, al pie de un poste del tendido eléctrico.

Kiarine Valeska Peña Catagua, María José Quinteros Pérez, Kevin Antonio Mero e Israel Roberto Paredes Reyes fueron hallados embalados en fundas negras, a pocos metros del puente de ingreso de Curía, población ubicada a unos cuatro kilómetros del balneario Olón. En este sitio se asientan casas vacacionales de familias pudientes.

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Esta área es transitada. A diario circulan cientos de automotores y también personas en bicicletas cuando se dirigen a sus trabajos o se retiran de estos. Muchos son empleados de las viviendas y fue uno de esos trabajadores quien se percató de las fundas.

“Los han dejado botados hoy en la madrugada, porque hasta ayer (martes) en la noche que pasé por aquí no había nada”, aseguró Gerónimo Rocafuerte, uno de los lugareños sorprendidos.

Con él coincidió el comunero Javier Galdea, quien señaló que todos los días acude a comprar madera a la comuna Curía y recién en la mañana de ayer se topó con la novedad.

Para la investigación, los peritos policiales cerraron por alrededor de tres horas la arteria principal y los viajeros tuvieron que hacer transbordos para llegar hacia sus destinos.

En el helicóptero aeropolicial llegó el coronel de policía Carlos Perugachi, jefe nacional de Criminalística, para dirigir las operaciones. En la labor estuvieron peritos de Santa Elena, Manabí y Quito para analizar cada detalle que ayude a esclarecer el crimen.

El oficial señaló que el lugar del hallazgo es una escena secundaria y esperan determinar el sitio donde fueron asesinadas las cuatro víctimas. “Una vez que se revisen los cuerpos en el centro forense tendremos pistas más concretas de este crimen”, precisó.

El mayor de policía Rodrigo Cruz, jefe de la subzona Santa Elena, confirmó que una de las víctimas fue reconocida. “Un allegado nos dijo que lo reconoció por un tatuaje en una de sus piernas y la vestimenta que llevaba puesta el día que desaparecieron”, indicó Cruz. Era uno de los jóvenes que buscaban en Puerto López, Manabí.

Saira Mero, hermana de Kevin Antonio Mero O’brien, mencionó que no les han informado sobre la condición en que encontraron a su pariente, ni a las otras víctimas, que raptaron de la avenida Machalilla, en Puerto López.

Margarita Reyes, madre de Israel Paredes, dijo que su hijo estaba trabajando cuando lo raptaron. Él conducía el automotor e iba con el amigo.

Las dos mujeres desaparecidas eran María José Quintero Pérez, de 20 años, de nacionalidad colombiana, radicada hace años en Puerto López, y Kiarine Valeska Peña, de 20, ecuatoriana, quienes estudiaban en una universidad manabita.

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