El teléfono de Ángel Fidel Ordóñez Aspiazu, de 35 años, timbró dos veces mientras él yacía sin vida junto a la cerca de alambre de un inmueble, en el recinto Candilejo, de la vía San Antonio-Isla de Bejucal, en el cantón Vinces, provincia de Los Ríos.

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Las llamadas eran de su conviviente, Joselyn Quinto Olmedo, quien estaba preocupada porque no había llegado a casa, en el sector Augusto Valencia, en París Chiquito.

Según la mujer, al mediodía del martes 19 de noviembre de 2024, su marido salió en su motocicleta diciendo que iría al centro de Vinces. Pero pasaron las horas y él no llegaba, por lo que ella empezó a llamarlo al celular, sin tener respuesta. Cerca de las 17:30, le dijeron que lo habían asesinado.

Víctima laboraba como guardia de seguridad

La viuda llegó a la morgue de la localidad y los agentes empezaron a indagar sobre las actividades de la víctima. Joselyn mencionó que su conviviente era guardia en una hacienda bananera y pasaba en casa los días viernes, sábado, domingo y lunes. Por ello, aseguró desconocer los motivos del crimen o si haya tenido algún problema.

Los uniformados verificaron que el difunto presentaba varias heridas de arma de fuego en el tórax y en la cabeza. Además, personal de Criminalística levantó seis vainas percutidas calibre nueve milímetros.

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