Exclusivo
Provincias
¿Por qué algunos pobladores están abandonando sus casas en Esmeraldas?
La Aldea es un barrio ‘fantasma’. Militares recorren la zona deshabitada
La Aldea era un barrio tranquilo, de gente alegre y cordial. Ahora este popular sector del norte de la ciudad de Esmeraldas, ubicado entre los barrios Chone y La Colectiva, está desolado.
De la noche a la mañana pasó a ser una “zona caliente” por la presencia de bandas. Y después de las balaceras y muertes registradas el fin de semana anterior, las familias dejaron sus viviendas.
Entre sábado 19 y domingo 20 de agosto de 2023 hubo enfrentamientos armados que dejaron al menos cuatro asesinatos en esta zona.
(Te invitamos a leer: Quito: El impresionante relato del ingeniero que se colgó del carro de sus verdugos)
Carmen Maldonado recuerda la desesperación y terror que vivieron la noche del sábado 19 de agosto. A eso de las 23:30 unos sujetos llegaron a ‘repartir plomo’ a presuntos integrantes de una banda contraria.
“La bala llovía por todos lados, nos tocó agarrar a nuestras criaturas, cerrar la puerta con candado por dentro y meternos debajo de la cama. Cuando todo se calmó, después de una hora, tuvimos que ir a dormir donde familiares y amigos, porque amenazaron con poner una bomba y estallar el barrio”, relata la mujer.
El coronel Julio César Vásquez, comandante de la subzona Esmeraldas, sostuvo que “estamos haciendo rondas constantes en este sector, para cuidar los domicilios de las personas que se han visto obligadas a dejar sus propiedades por temor a que se vuelva a repetir la violencia del fin de semana pasado”.
El silencio en La Aldea es aterrador, solo unos cuantos perros ladran desde los patios de las casas cuando escuchan algún movimiento o una voz. Los canes siguen allí y sus propietarios van a darle una vuelta. Unos llegan en el día y van a dormir con parientes.
Carlos (nombre protegido) dijo que no tuvo tiempo de sacar nada y los bandidos se adueñaron de su propiedad. Sacaron ventanas, puertas, techo. Solo quedaron cuatro paredes de concreto. Su hogar se convirtió en guarida de malhechores. Con la intervención de los uniformados, él espera poder recuperar su casita.
- HARÁN CULTOS EN OTRO LADO
Como la gente se fue, los pastores de la iglesia cristiana que funcionaba en el barrio también recogieron todo. A este templo asistían unas 60 personas.
“Por la delincuencia nos tocó desocupar la iglesia, porque el barrio está desolado. Es lamentable que las familias se vean obligadas a abandonar sus hogares que construyeron con esfuerzo”, sostuvo el pastor José Castillo, quien estaba a cargo de la iglesia.
Él fue una de las últimas personas que salió de La Aldea. Con otros miembros de la iglesia, el jueves, sacó sillas y demás mobiliario. Por lo pronto instalará la iglesia en el garaje que le cedió un familiar en el centro de la urbe. (LCh)
¿Quieres estar bien informado? ¡Suscríbete aquí!