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La historia de Gladys Arias: Fe, servicio social y devoción a la Virgen María
Gladys Arias sostiene que el Supremo rige nuestras vidas, ilumina nuestro camino y que actuar con fe nos llena de esperanza
“Servir a los demás es la mayor alegría que puede experimentar un ser humano”, dice Gladys Mercedes Arias, riobambeña, quien ha convertido su fe en eje para múltiples acciones sociales.
De niña, Gladys se declaró devota del Señor del Buen Suceso, el patrono de Riobamba, provincia de Chimborazo, y por más de 44 años sirvió en su iglesia. También recuerda su cercanía con las Madres Conceptas, custodias de la Sagrada Imagen, ya que su padre era ferroviario y presidente de los Ferroviarios devotos del patrón de la ciudad y esa vinculación la llevó a gestionar diversos proyectos.
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Le sugirieron convertirse en religiosa, pero su fe inquebrantable la llevó por otros caminos. En esa senda de servicio, ella se involucró en el voluntariado de la Cruz Roja, con las Madres de la Caridad, en la Cruzada Social, participando en un sinnúmero de acciones solidarias.
LA VIRGEN, SU MADRE
La fe en María Santísima y en el Niño Jesús es su fortaleza. Ella no falta a la misa de la Virgen Auxiliadora que le representa a una madre, compañera y amiga. Los cuadros de las diferentes advocaciones que conservan en su casa muestran su creencia.
“La Virgen es una sola, las advocaciones son muchas, con distinto vestido y distinto día nada más, pero la Auxiliadora me pincha más”, revela con alegría. Por esto, en el patio de su vivienda construyó una gruta en su honor.
Su fe y amor a Dios la ayudaron a superar momentos difíciles, como la muerte de su hija y esposo, de sus padres. Siempre sintió que el Supremo estaba a su lado, dándole fuerzas para seguir adelante.
ANÉCDOTAS
Gladys cree que la fe es sinónimo de servir y que Dios y la Virgen la han hecho un instrumento de ayuda. Ellos escuchan los ruegos y como prueba de ello cuenta unas anécdotas singulares. Una amiga no podía tener hijos, entonces ella le aconsejó rezar con fe a la Virgen durante una procesión de más de 12 kilómetros. Poco después, aquella conocida fue bendecida al quedar embarazada.
En otra ocasión, un joven le confesó a Gladys que se iba a divorciar debido a la imposibilidad de tener hijos. Ella le regaló una imagen de la Virgen Auxiliadora y le aconsejó pedirle ese deseo con fe. Pocos años después, Gladys se topó con aquel joven cargando a un niño y junto a su esposa.
“Mamá (la Virgen), me has hecho intercesora y es la fe que tengo en ti, virgencita. Te doy gracias y que se haga su voluntad, no para mí, sino para los demás”, dice la devota convencida.
A lo largo de su vida, ha recibido reconocimientos de instituciones y líderes de la Iglesia. Sin embargo, ella enfatiza que lo más importante es sentir el amor de Dios. “Para ser un testimonio de fe, es fundamental reconocer que Dios rige nuestras vidas, ilumina nuestro camino y es el principio y el fin. Si tenemos a Dios, lo tenemos todo, y actuar con fe nos llena de esperanza y fortaleza en nuestro viaje por la vida” finalizó.
- AGENDA
* Desayuno solidario de cada martes
Los días martes, religiosos franciscanos brindan el desayuno solidario a más de 300 personas, entre adultos y niños, que asisten al comedor del convento de San Antonio, en la tradicional Loma de Quito, en Riombaba. Grupos pastorales se encargan de preparar los alimentos, y además reparten los donativos de la ciudadanía como ropa, calzado y cobijas.
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