Ante la necesidad de recibir ayuda y recuperar los cuerpos de los ocho personas que fallecieron en el accidente de un helicóptero militar el pasado 26 de abril en la selva de Shell (Pastaza), la comunidad de Tiwino, en el cantón Arajuno, se unió para construir un helipuerto improvisado.

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Con machetes, motosierras y hasta chicha para mantener las energías, hombres y mujeres de Tiwino se adentraron en la espesa selva, conocida por los waoranis como “la palma de la mano”, para llegar al lugar del accidente y construir la pista de aterrizaje.

El concejal Abraham Boyotai explicó que esta pista era necesaria porque el helicóptero cayó en una zona de difícil acceso, por lo que la misma comunidad Waorani de Tiwino se ofreció a ayudar.

Los militares, por su parte, solicitaron que no se manipulara la zona del accidente, donde se estrelló y explotó el helicóptero MI 171 E, con matrícula AEE-485.

Perros de los waoranis, que acompañaron a sus dueños en la construcción del helipuerto, se encargaron de espantar a los animales salvajes e incluso olfatear la presencia de serpientes, según relataron los habitantes de la comunidad.

Uno de los fallecidos en este trágico accidente fue el waorani Diego Ima, quien se desempeñó como teniente político de Curaray. Su muerte motivó aún más a la comunidad a unirse para encontrar su cuerpo y realizar las ceremonias de despedida.

Unas 20 personas participaron en este noble trabajo. El sábado 28 de abril, desde la madrugada, esperaban la llegada del personal de la Fiscalía y Policía Nacional para el levantamiento de los cadáveres, pero la lluvia impidió su traslado.

Mientras tanto, en el teatro El Dorado de la Brigada Selva 17 Pastaza, se reunían militares, personal de la Secretaría de Gestión de Riesgo, Gobernación y Prefectura para recibir a los familiares de las víctimas. Entre abrazos y oraciones, todos buscaban consuelo y la esperanza de recuperar pronto a sus seres queridos.

Después de 36 horas de angustia, los cuerpos fueron recuperados pasadas las doce del mediodía de ayer. Sin embargo, solo cinco cadáveres fueron trasladados a la morgue en Puyo. Rolando Ramos, gobernador de Pastaza, informó que aún faltan tres por recuperar.

Las víctimas de este siniestro aéreo son el mayor Andrés Sierra (piloto), teniente Jaime Cordones (copiloto), sargento Leonardo Gutiérrez (ingeniero de vuelo), Cristian Morales (cabo), Édgar Montesdeoca (cabo), Katya Aragón (de la Secretaría de Gestión de Riesgos), Diego Ima (teniente político de Curaray) y Erick Reyes (de la Prefectura de Pastaza).

Todos los fallecidos viajaban para entregar ayuda a familias afectadas por el invierno en Arajuno, por lo que son considerados héroes en Pastaza. La comunidad asegura que murieron mientras asistían a los más necesitados.

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