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El renacer de La Guacharaca, el barrio más peligroso de Esmeraldas
Líderes comunitarios organizan un torneo barrial y programa de juegos tradicionales para seguir recuperando sus parques y plazas
En el corazón del sur de Esmeraldas, el barrio La Guacharaca resplandece en un nuevo amanecer. En las calles, antes sombrías, ahora resuena el bullicio de la vida cotidiana, de niños que juegan en las plazas y parques que una vez fueron escenarios de actos que nadie se atrevía a mencionar. Las madres conversan en esquinas y adultos mayores se sientan en las aceras, sin temor.
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La transformación del barrio comenzó con las intervenciones que los militares ejecutan desde el 2023. El arresto, el lunes 4 de marzo de 2024, de Derian Yisack Napa Mera, conocido como Gringo, calificado como una amenaza constante, marcó el fin de una era de miedo y el comienzo de una de esperanza en el populoso sector.
“Antes, ni siquiera podíamos dejar que los niños jugaran afuera. Ahora hay risas en lugar de disparos. Es como si hubiéramos despertado de una pesadilla”, dice María Mina, quien lleva toda su vida residiendo en el barrio.
Los líderes barriales han sido fundamentales en este renacimiento. Con el Gringo fuera, trabajan para organizar actividades comunitarias y proyectos de embellecimiento. “Queremos que nuestro barrio sea un lugar de encuentro, no de conflicto”, afirma José Camacho, líder comunitario.
Entre esas actividades constan un torneo de índor, el cual se desarrollaría durante el tiempo de las vacaciones escolares. Según Camacho, también planean jornadas de juegos tradicionales como trompo, palo ensebado y ensacados, los días sábados.
“La idea es mantener a los niños y jóvenes ocupados en actividades positivas. La fuerza pública nos ha ayudado a recuperar nuestro barrio, ahora depende de nosotros ocupar esos espacios que antes era imposible por temor y amenazas”, agrega Camacho.
“La cooperación de la comunidad ha sido clave,” comenta el mayor Juan Carlos Soria Alulema, comandante de la subzona Esmeraldas de la Policía. “Ahora que la gente no tiene miedo de hablar, podemos hacer mejor nuestro trabajo”, agregó Soria.
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Faltan servicios
La Guacharaca es un testimonio del poder de la comunidad y de la justicia. Su gente mira hacia el futuro con determinación y optimismo.
En las laderas empinadas de Esmeraldas, este barrio con nombre de un ave se ha caracterizado por su difícil acceso y condiciones de vida precarias, por falta de servicios básicos, como agua potable y vías asfaltadas.
En su momento fue el epicentro de una lucha territorial entre bandas criminales. En sus calles de tierra y en casas improvisadas, Los Tiguerones ejercían su influencia. La Guacharaca era considerado el barrio más peligroso de Esmeraldas.
Para ingresar se debía estar escoltado por las Fuerzas Armadas. Los militares eran los únicos que entraban a esta zona. Los residentes de La Guacharaca vivían bajo la sombra constante del miedo, ahora sienten un ambiente diferente.
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