En los alrededores de la calle 119 y avenida 102, en Manta, provincia de Manabí, aún se respira temor. Transeúntes que pasan por la iglesia María Auxiliadora se persignan y  miran con recelo. Este templo permanece cerrado desde la noche del 28 de diciembre de 2023, cuando sujetos armados apagaron la vida de un niño de 11 años y un adulto.

“Nunca viví un episodio como este. Fue muy doloroso”, manifestó el párroco Xavier Ochoa, quien oficiaba la misa cuando se registró el ataque.

El párroco confirmó a EXTRA que sufrió un shock. “Fue un momento de emociones, de sentimientos, impotencia frente a lo que estaba viendo. Los bomberos me asistieron, fue algo leve”, dijo.

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Aquella noche, tras el tiroteo, personas que asistieron al oficio se ubicaron en la sacristía y muchos otros salieron al patio, en medio de la desesperación. Abrieron una puerta y la mascota del sacerdote se escapó, pero finalmente la encontraron.

Ochoa sostuvo que este hecho constituye un sacrilegio y por lo sucedido, desde la Arquidiócesis de Portoviejo, monseñor Eduardo Castillo ordenó el cierre temporal de la iglesia.

El 6 de enero de 2024 se efectuará una ceremonia de reparación a las 16:00 y se bendecirá a la población, que vive días complejos por la violencia.

Mientras, la iglesia está cerrada, las misas se efectúan en un salón contiguo al templo principal. La eucaristía del fin de año será este domingo 31, a las 20:00.

“Le digo a la ciudadanía que en estos tiempos pongamos las esperanzas en el Señor, que nos viene a dar paz”, aconsejó el religioso. (AG)

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