En un operativo denominado "Vía Láctea", la Jefatura de Investigación Antidrogas Subzona Loja desmanteló una presunta Organización Criminal dedicada al tráfico ilícito de sustancias controladas. 

La operación, que se llevó a cabo desde las 05:00 de la mañana de este 25 de octubre, contó con la participación del Grupo de Operaciones Especiales (GOE), Antinarcóticos, Criminalística, la Dirección Nacional de Policía Especializada para Niños, Niñas y Adolescentes (Dinapen), así como efectivos del eje preventivo y la Dirección Nacional de Inteligencia (DGI), bajo la dirección de la Fiscal Bella Castillo, Agente de la Fiscalía de Delincuencia Organizada, Transnacional e Internacional (FEDOTI).

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En el marco de una investigación que se extendió por aproximadamente seis meses, se identificó a esta presunta banda dedicada al tráfico de sustancias controladas. Durante los allanamientos realizados en 7 inmuebles, se incautaron múltiples dosis de sustancias sujetas a fiscalización y se procedió a la detención de 10 individuos.

El Coronel de Estado Mayor, Hugo Silva Viteri, comandante de la Zona 7, señaló que se presume que las sustancias incautadas estaban destinadas para su comercialización en diversos sectores de la ciudad de Loja y zonas aledañas, incluyendo la parroquia Malacatos, sector La Dolorosa, Chontacruz, La Tebaida, entre otros.

Durante la fase de investigación previa, se logró incautar un total de 24.656 dosis de una sustancia de color beige, que tras las pruebas químicas correspondientes dio positivo para cocaína. Asimismo, durante los allanamientos, se decomisaron 920 dosis de una sustancia verdosa, que dio positivo para marihuana tras las pruebas químicas respectivas; 4,870 dosis de presumible cocaína, siete teléfonos celulares, 128.25 dólares y una balanza digital.

Los detenidos, cuyas edades oscilan entre los 22 y 35 años, enfrentan cargos por tráfico ilícito de sustancias, y algunos de ellos poseen antecedentes penales por delitos como asociación ilícita, extorsión, hurto y estafa.

El modus operandi de esta presunta organización delictiva incluía roles específicos para cada miembro, abarcando líderes, transportistas, expendedores, bodegueros, financistas y distribuidores. Además, se identificó que la organización estaría liderada desde el interior del CRS-L, desde donde se emitían órdenes a los integrantes para cometer diversos delitos.

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