“Ahora agarro valor y me pongo fuerte por mi hijo que me espera en Venezuela y el bebé en mi vientre”. Así Denelys Gertrudis Monsalve Aray, de 26 años, enfrenta el dolor de haber perdido a su hijo Roniel de seis años.

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En el ataque en el bus interprovincial 135 de la vía San Juan Babahoyo también perdió a su padre Joel Enrique Monsalve Alvarado, a su pareja Georvi Salazar Ramos y a su hijastro Jesús Daniel Salazar Quintero. La noche del jueves 18 de julio lo perdió todo.

La matanza dejó cinco fallecidos, pero cuatro corresponden a una familia venezolana que pretendía regresar a su patria. La quinta víctima del ataque no pertenecía al grupo de extranjeros y aún permanece en la morgue del cantón Ventanas, sin ser reconocido.

Denelys contó a EXTRA que la decisión de abandonar el país la tomó ella, hace ya varios días, debido a que tiene tres meses de embarazo y quería que su mamá la acompañe en el proceso. “Yo había pensado parir en Venezuela, porque aquí no tengo a nadie que me cuide”, explicó la extranjera.

La mujer lleva casi seis años viviendo en Ecuador, cuando llegó con su papá y el último de sus hijos. Se instaló en el cantón Puebloviejo donde hace un año conoció Georvi e iniciaron una relación sentimental. Ambos esperaban al bebé que ella lleva en su vientre y tenían muchos planes juntos.

Georvi y su hijo Jesús laboraban en una bananera, mientras que Denelys realizaba servicios de belleza. “Cuando le dije de mi decisión él (Georvi) no quería irse, pero al día siguiente me dijo ‘Mi amor, vámonos todos’ y empezamos a vender las cosas que teníamos en casa para viajar”, relató.

Finalmente el 18 de julio Jesús compró los cinco boletos con destino a Tulcán, provincia de El Carchi. Pasadas las 19:00 abordaron el bus de la cooperativa San Cristóbal y tras unos cuarenta minutos de recorrido la desgracia llegó.

La sobreviviente recordó que ella y su conviviente iban sentados, detrás de su papá y su hijo. “Solo escuché que ese hombre le dijo a mi papá ‘qué me miras concha…” y les disparó”.

En ese instante, la reacción de Joel fue abrazar a su nieto y por ello el niño también fue impactado en la rodilla, cuello y tórax. Georvi y Jesús corrieron hacia la última fila de asientos donde también los atacaron. Denelys tomó a su niño y este fue llevado al hospital de Babahoyo, donde murió.

Desde que ocurrió la desgracia, la joven ha tratado de mantenerse en pie pese a que se quedó únicamente con lo que llevaba puesto. Junto a ella, en los trámites de retirar los cuerpos, está la mamá de Jesús y ex esposa de Georvi.

Ambas retiraron los cuerpos en la morgue de Ventanas, luego al anfiteatro de Babahoyo y por último los trasladaron a la Junta de Beneficencia de Guayaquil donde serán cremados. Esto como parte del proceso que le permitirá a Denelys llevarse las cenizas de sus familiares a Venezuela.

La policía realizó un operativo esa misma madrugada en el cantón Puebloviejo. Allí, el Bloque de Seguridad detuvo a dos personas presuntamente relacionadas con el hecho violento. Entre las evidencias están: un arma de fuego calibre 9 milímetros, un alimentadora y 75 cartuchos 9 milímetros. Los investigadores revelaron que en el atentado se utilizaron fusil y pistola, por lo que se cotejará con los indicios recolectados en la escena.

El comandante de la Subzona Los Ríos, William Calle, informó que Jesús estaría involucrado en dos hechos violentos. “Presumimos que estas personas son Choneros, de la agrupación AK47 que opera en esa zona y que está en disputa con Los Lobos, quienes tienen varias ramificaciones denominadas Los Purros y Los Mandabas”, explicó.

El sábado 20 de julio, el General de Policía César Zapata llegó al cantón Quevedo para reunirse con la cúpula policial y revisar avances sobre la investigación de este caso y otros registrados en las últimas horas. Las muertes violentas en la provincia ya superan las 470 en lo que va del año.

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