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Esmeraldas: así una madre soltera salvó de las inundaciones a sus tres hijos
Una madre piensa en cómo volver a enfrentar esta nueva dificultad. Lo mismo ocurrió con un adulto mayor que perdió todo
Alina Beltrán se despertó la madrugada del martes 30 de enero de 2024 con el sonido de la lluvia golpeando el techo de su vivienda. Miró el reloj y eran las 05:00. A su lado, sus tres hijos dormían abrazados.
Ella se levantó y por la ventana vio que el río Teaone había crecido más de lo normal. El agua se acercaba peligrosamente a su casa, en la ciudadela Gatazo, sur de la ciudad de Esmeraldas.
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Alina sintió un escalofrío y recordó lo que pasó el año pasado, cuando el río se desbordó y arrasó con todo. Esa vez perdió sus enseres, muebles, colchones, ropa. No quería volver a vivir esa pesadilla.
Despertó a sus hijos y les dijo que tomaran lo más importante. En una mochila ella metió algunas fotos, ropa, dinero y comida. Cogió a su hijo de tres años en brazos y salió de la casa. Sus otros dos niños, de seis y ocho años, la siguieron.
Al salir, estaban inundadas calles y casas. La gente corría y gritaba. Alina vio cómo algunos de sus vecinos perdían sus cosas arrastradas por la corriente. Caminó con dificultad por el agua que le llegaba hasta las rodillas. Debía buscar un lugar seguro. Sus hijos se aferraban a ella, llorando.
Llegó a una escuela en una zona más alta. Otras personas también habían logrado escapar de las inundaciones. Alina buscó acomodarse con sus hijos en un salón vacío. Les dio algo de comer y les secó el cabello. Luego, los abrazó y ellos se durmieron en sus brazos.
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Esta madre soltera que trabajaba como empleada doméstica ha enfrentado diversas dificultades en su vida, nunca se ha rendido. Siempre ha buscado la forma de salir adelante, de darles lo mejor a sus hijos, de educarlos y cuidarlos.
Ahora, ¿cómo recuperará lo que ha perdido? ¿Cómo reconstruirá su hogar? Cuando el nivel del agua bajó, volvió a su casa y empezó a sacar el lodo, pero la noche del miércoles 31 de enero de 2024 de nuevo llovió y su casa otra vez se anegó. La pesadilla no para.
- SIN DORMIR
La vida de Luis Castillo cambió bruscamente la noche del 30 de enero de 2024. Su casa, ubicada en la ciudadela Gatazo, también se inundó al desbordarse el río Teaone. Perdió todo: sus muebles, electrodomésticos, ropa y documentos.
Luis vive una pesadilla. No tiene dónde dormir, ni qué comer. Su casa quedó convertida en un lodazal. Su salud se ha deteriorado por la falta de higiene y la exposición al frío y a las enfermedades. Nadie le ha tendido una mano. Se siente solo y desesperado, tratando de limpiar su casa, con la esperanza de recuperar algo. Su único consuelo es su perro.
“No sé qué hacer ni a quién recurrir... Solo me queda rezar y pedir un milagro”, dice Luis con tristeza y desesperanza.
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