El hallazgo de los restos humanos encontrados la tarde del lunes 10 de junio de 2024, en la orilla del mar en la población de Cadeate, al norte de la provincia de Santa Elena, tiene alarmados a los habitantes del perfil costero peninsular, más aún en los puertos pesqueros de Santa Rosa y Anconcito, en donde hay pescadores desaparecidos.

Según datos de la Cooperativa Pesquera de Santa Rosa, cada año se pierden entre dos y tres lanchas en el mar. En unos casos, después de un tiempo se conoce que están presos en EE. UU. o Centroamérica, pero hay otros de los que nunca se conoce por qué desaparecieron.

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“En Anconcito se busca una lancha con tres pescadores. Desde hace un año no se sabe nada de ellos”, relató el habitante, Cristian Tumbaco. “De por aquí no es, ya se ha investigado en las comunas aledañas y no hay personas desaparecidas”, señaló el morador Miguel Suárez.

Personal de Criminalística de la Policía recogió el medio cuerpo, desde la cintura hacia los tobillos, en descomposición, y lo llevaron a un laboratorio forense para continuar con la investigación.  Para identificarlo la tarea se torna difícil debido a que solo es la zona de la cadera y huesos de las piernas con la mayor parte de la piel desprendida.

Por el estado de las osamentas se presume que la muerte del infortunado hombre se habría dado hace algunas semanas, quizá lleve meses a la intemperie. Unos lugareños estiman que el mar las habría arrastrado una gran distancia.

La víctima vestía un calentador color negro y un interior café, y a un costado de la cintura tenía sujetado un pedazo tabla. El hallazgo lo hizo una joven que caminaba a la orilla del mar, tropezó con los restos de una red que utilizan los pescadores y al revisarla se encontró con la osamenta.

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